Cuando tenía 18 años, Cody Joss tuvo que volver a aprender a vivir. La noche en que celebraba su graduación del instituto quedó paralítico tras un accidente. Desde entonces Cody, que tiene algo de movilidad en los brazos, tiene que ir en silla de ruedas y durante los últimos 10 años se ha apoyado, además, en la inestimable ayuda de Wrigley, su perro de asistencia:estuvo con él en la universidad y también en su primer trabajo.
Todas las mañanas, Cody y Wrigley acudían juntos a Bridgestone: allí todos adoraban al can, le daban chuches y estaban encantados de contar con él en la oficina.
Entonces, tras una repentina y veloz enfermedad, Wrigley murió dejando a Cody devastado, sin su mejor amigo, su compañero y su apoyo en el día a día.
Él no tenía los fondos necesarios para costearse un nuevo perro de asistencia así que su hermana, sus compañeros de trabajo e incluso la empresa para la que él trabaja, sin que él lo supiera, empezaron a recaudar dinero para él. Entre todos y a través de una campaña de crowdfunding han logrado conseguir los 18.000 $ necesarios para que Cody vuelva a tener ayuda perruna.
Él no lo sabía: le convocaron a una reunión de trabajo y le dieron la sorpresa de su vida. Id sacando los pañuelos, es imposible no emocionarse.
Aquí podéis ver a Cody con Mack, su nuevo perro de asistencia: el can también tiene su propia historia, ha sido entrenado por un preso de la cárcel de Tennesseecomo parte del programa Retrieving Independence. Un preso condenado a dos cadenas perpétuas por asesinato que, de hecho, pidió cambiar de prisión para poder, justamente, participar en este proyecto para entrenar perros de asistencia.
Una pareja feliz, de eso no cabe duda, y todo gracias a la solidaridad de un grupo de gente buena... esta es una de esas historias que te devuelven un poco la fe en la humanidad. Aquí podéis leer el mensaje de agradecimiento que envió Cody a todos los que lo han hecho posible.
