Un chaval de 17 años abandonó unos cachorrotes de tres meses en un parque y uno de ellos, Trooper, tuvo la mala fortuna de deambular hasta llegar a las vías del tren. El pobre perro fue arrollado por el tren: tuvieron que amputarle las patas traseras y también perdió un ojo.
Pero Trooper, pese a haber vivido ese drama, pese a las operaciones y el miedo que debió de pasar, no solo ha salido adelante sino que ahora él, con su energía positiva y feliz, ayuda a personas que tienen algún tipo de discapacidad.
Ahora el can visita hospitales y todo tipo de lugares con su familia, que también aprovecha para concienciar sobre la labor de las protectoras que se desviven por canes como Trooper, a perros que necesitan una ayuda extra. Y ellos también organizan recaudaciones de fondos para echarles una pata.
Este mestizo locuelo, como habréis visto, se hizo famoso cuando fue rescatado tras la devastadora odisea con la que se enfrentó de chiquito y ahora no hay quien le pare, sobre todo porque está arropado por una estupenda familia, humana y perruna.
Trooper derrocha felicidad: él no sabe que es diferente, solo sabe que es querido. Y es, justamente, lo que transmite a los humanos que va conociendo cada día.
PD Aquí podéis ver las fotos de cuando Trooper fue acogido por la Humane Society, antes de llegar a ser adoptado, unas imágenes que muestran el camino que ha recorrido este pequeño gran perro.