Cuando no hay fondos, hay imaginación y tesón: Jazmín Arévalos era voluntaria en una protectora hace unos seis años cuando una familia abandonó a su perro porque había quedado paralítico. Ella lo adoptó. Y ese pequeño perro, al que Jazmin llamó Kevin, fue el germen para que esta gran mujer cambiara el destino de decenas, de cientos de otros canes. En su país, en Paraguay, no existían las sillas de ruedas para perros pero ella se puso manos a la obra y creó un carrito casero para Kevin (en internet se encuentran todo tipo de tutoriales para crear sillas de ruedas caseras). Al ver lo feliz que iba y lo mucho que mejoró su calidad de vida, decidió hacer eso mismo para otros canes y así salvar sus vidas.
Las "alas" caseras para perros, el altruismo que devuelve la movilidad y la libertad a los canes
Desde hace años Res.Ca.Es (Rescatados con necesidades especiales), la asociación que creó Jazmin Arévalos, se dedica a crear sillas de ruedas caseras para perros y gatos que no pueden andar y que por ello hubieran sido sacrificados.
Su lema, la etiqueta que más utiliza en sus redes sociales, deja clara su crucial misión: #noalaeutanasiaxdiscapacidad
Ellos dan una nueva oportunidad a estos animales y luego se esfuerzan por encontrarles un buen hogar. 300 animales han salvado su vida gracias a una persona... ¡guau! O como dicen en su página de facebook,mientras haya vida hay esperanza.