Los perros pueden mostrar ansiedad de muchas formas pero parece que las personas no reconocen esos comportamientos cuando son más sutiles: jadeos, lamerse los labios, girar la cabeza....
Un nuevo estudio de la Universidad de California en Davis revela justamente esto, que muchos dueños de canes no reconocen el estrés de su perro, no son capaces de leer el lenguaje corporal canino y por tanto no son conscientes de su ansiedad ante ruidos domésticos comunes.
La conclusión de sus autores es útil e interesante: se requiere una mejor educación para que los dueños de perros interpreten con precisión el lenguaje corporal canino, tanto para salvaguardar el bienestar de los perros como para minimizar el desarrollo de problemas de comportamiento relacionados con la ansiedad.
Si bien está bien establecido que los ruidos fuertes repentinos, como los fuegos artificiales o las tormentas eléctricas, con mucha frecuencia desencadenan la ansiedad de los perros, este nuevo estudio plantea que incluso los ruidos comunes, como una aspiradora o un microondas, pueden afectar a los canes.
"Sabemos que hay muchos perros que tienen sensibilidad al ruido, pero subestimamos su miedo al ruido que consideramos normal porque muchos dueños de perros no pueden leer el lenguaje corporal", explica la autora principal del estudio, Emma Grigg, profesora de la Facultad de Medicina Veterinaria de UC Davis.
La respuesta al miedo es un comportamiento adaptativo normal que ayuda a proteger al individuo de cualquier daño. Sin embargo, explican los responsables del estudio, las respuestas de miedo pueden considerarse anormales cuando se desencadenan repetida y consistentemente por estímulos no amenazantes, o cuando el nivel o la duración de la respuesta es desproporcionado en comparación con el nivel de amenaza real planteado por los estímulos.
Los ruidos fuertes y repentinos son uno de los desencadenantes más comunes de miedo y ansiedad en perros. La prevalencia de sensibilidades al ruido (respuestas marcadas e incluso extremas al ruido) en los perros domésticos varía según el estudio, pero a menudo alcanza el 50%.
El estrés asociado con el miedo y la ansiedad puede tener impactos negativos en la salud, el bienestar y el comportamiento de los perros, dependiendo tanto de la naturaleza del factor estresante (intensidad, duración, persistencia, etc.) como de las habilidades de afrontamiento del can en concreto, reiteran los investigadores de UC Davis.
Por eso han querido estudiar los efectos de ruidos cotidianos, a estímulos domésticos que ocurren regularmente y que la mayoría de personas, quizá, no presten ninguna atención.
"Si los perros experimentan miedo (...) pueden estar experimentando un bienestar reducido y estar en riesgo de desarrollar problemas conductuales o fisiológicos relacionados con el estrés. El daño al vínculo humano-animal que puede resultar de comportamientos indeseables asociados con miedos y fobias puede conducir a una disminución del compromiso con el cuidado del perro y / o un mayor riesgo de abandono o eutanasia".
Han entrevistado a 386 dueños de perros sobre las respuestas de sus perros a los sonidos domésticos y han analizado los comportamientos de los perros y las reacciones humanas de 62 videos que muestran cómo los canes reaccionan a los ruidos domésticos comunes.
Los encuestados observaron en los videos numerosos signos de miedo y ansiedad caninos, en respuesta a ruidos domésticos tanto diarios como irregulares pero "normales". Las respuestas fueron significativamente más fuertes a los sonidos caracterizados como intermitentes de alta frecuencia que a los sonidos caracterizados como continuos de baja frecuencia.
Los encuestados parecieron subestimar el miedo de sus perros, y la mayoría de los humanos en los videos respondieron a los comportamientos de sus perros con diversión, pocas veces expresaron preocupaciones sobre el bienestar.
Algunas categorías de ruidos domésticos parecen ser más problemáticas para los perros. Los signos de miedo más intensos eran significativamente más probables en presencia de sonidos caracterizados como intermitentes de alta frecuencia (HFI), como los pitidos del detector de humo.
Los comportamientos asociados con la excitación, la agitación y la excitación se observaron con mayor frecuencia en presencia de fuentes de sonido constante de baja frecuencia (LFC), como las aspiradoras.
"Si bien estos videos no se pueden usar para calcular la prevalencia real de estos problemas, nuestros datos respaldan que algunos propietarios subestiman el miedo en sus perros en respuesta a los ruidos domésticos y responden de manera inapropiada a las expresiones de miedo y ansiedad de los perros."
De ahí su recomendación: los dueños de canes deberían ser capaces de interpretar el lenguaje corporal de sus perros para garantizar su bienestar y evitar que desarrollen problemas de comportamiento relacionados con la ansiedad.
PD: En ese sentido, es útil conocer las señales de calma y dedicar tiempo a entender el lenguaje de los perros. Esta ilustración creada por Lily Chin para la Dra. Sophia Yin puede ayudar también.
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