Charleston y Sharla Wilson acaban de mudarse a un nuevo apartamento. Y este Pug de 11 años se encuentra un tanto desorientado en su nueva casa, él tiene ya un buen número de achaques y no lleva nada bien los cambios. Eso se traduce en que Charleston -también conocido como Muffin Toes, Puffins, Chi Chi, y Butters- aúlla con cierta frecuencia: a cosas raras, cuando no encuentra a su humana, cuando se queda solo... y Sharla, preocupada por los vecinos, decidió dejarles un mensaje. Que se ha hecho viral. Con razón.
"Hola, vecinos: Me llamo Charleston Chew y siento mucho lo de mis aullidos.
Soy un viejecito, tengo cataratas y a veces me asusto porque no sé dónde estoy y no encuentro a mi mamá.
En cuando me vaya acostumbrando a nuestra nueva casa me iré calmando.
Gracias por tener paciencia conmigo. No quiero ser un plasta.
Charleston Chew El Carlino.
Apartamento 502
PD: Cuando no estoy aullando o portándome mal, me gusta sentarme como debe de ser y echarme siestas."
La nota, junto a una foto de Charleston, fue suficiente para derreterle el corazón a los vecinos. Megan, una de las personas que vive cerca de Sharla y el carlino, decidió compartirla en su twitter para que Charleston supiera que él podía seguir aullando, que no pasaba nada.
Y cuando el zampable Charleston dice que aulla, no es metáfora: Tanto en su propia cuenta de Twitter como en la de su humana podéis encontrar unos cuantos ejemplos de su afán por convertirse en cantante de ópera perruna. Ella dice que es como si fuera una forma alienígena gritando :-)
The howl heard ‘round the world continues... pic.twitter.com/U6l2MRRuYP
— Sharla (@Charlestons_Mom) 8 de mayo de 2018
Well, you asked for it. He smelled a dandelion he couldn’t locate and howls galore ensued... pic.twitter.com/8ACenw95G1
— Sharla (@Charlestons_Mom) 2 de mayo de 2018
Seguro que Sharla nunca imaginó el efecto de su nota. No solo ha conquistado a los vecinos sino que ha recibido una oledada de mensajes de apoyo y cariño hacia su Pug a través de internet,están siendo entrevistados para programas de TV y un buen número de marcas de productos perrunos le han regalado de todo para Charleston.
PD: Por lo que cuenta Sharla, Charleston se llevaría de cine con Mochi: entraron a robar en su piso una vez, hace tiempo, y está convencida de que el Carlino debió de darle unas cañitas al ladrón y seguro que le acompañó a llevarse todo lo que robó a su coche.