Seguro que nadie ha olvidado el gran gesto de Gus Kenworthy, el joven atleta americano que, además de ganar alguna medalla en las Olimpiadas de Sochi, se topó con una familia de cachorritos, de los muchos perros callejeros que malviven en esta ciudad, y, en vez de mirar hacia otro lado, decidió adoptarles. Aquí podéis recordar su historia y ver cómo están los cachorros ahora.
Kenworthy no fue el único deportista en involucrarse para ayudar a los canes de Sochi, a esos canes que trataron de "basura biológica" en su afán por etanasiar a cuantos más mejor.
Cientos de activistas se involucraron para salvar a los perros. Y también muchísimos deportistas: gracias a ellos un buen puñado de perros tienen un nuevo hogar.
Aquí, en estos dos reportajes, podréis ver cómo están algunos de estos canes ahora, perros felices que viven en EEUU y que, sin duda, saben cómo repartir felicidad.
Perros cuya vida cambió y que también han cambiado la vida de sus humanos.