Ya os hemos hablado varias veces de esta familia pero... es imposible no volver a hacerlo porque cada vez que entras en su web o en sus redes sociales descubres una nueva historia que emociona y que merece la pena compartir. Como la de Gentleman Jack, Jack para los amigos, el can viejito cuyos últimos días están siendo los más maravillosos de su vida gracias a Chris y Mariesa, los artífices de The Mr. Mo Project,un proyecto precioso a través del que ayudan a perros mayores, a esos que otros abandonan. Ellos viven con una verdadera manada de guapérrimos senior.
¿Y por qué es tan especial la historia de Jack? Pues, tal y como cuentan en BarkPost, porque lo que ha vivido Jack muestra lo peor y lo mejor del ser humano.
A Jack lo encontraron envuelto en una manta, abandonado, a mediados de noviembre. Estaba en los huesos, literalmente, tan débil que no podía ni viajar. Sobran las palabras al ver la imagen.
En cuanto les avisaron, The Mr. Mo Project decidió involucrarse y se preocuparon de ayudarle en la distancia. Luego, una vez que ya recuperó algo de fuerza, a través de Pilots and Paws lograron traerle a su casa, en Nueva York.
Monitorizado permanentemente y comiendo a través de una sonda nasal para que pudiera ir cogiendo algo más de peso.
El problema, además del maltrato al que había sido sometido, es que Jack tenía un bulto en el cuello que no le permitía tragar. Un bulto que inicialmente se diagnosticó como benigno pero que, por desgracia, ha resultado ser un cáncer muy agresivo. Un cáncer que no podía ser operado.
Jack volvió a perder peso y parecía que no se podía hacer nada más por él.
Chris y Mariesa tomaron la difícil decisión de retirar el tubo a través del que le estaban alimentando, para que estuviera más cómodo. Y darle una última noche en familia.
Pero Jack... Jack decidió darles una buena noticia, un regalo de Navidad para esta familia perruna tan maravillosa. Al día siguiente Jack se levantó con energía y se zampó -sin tubos ni nada- dos salchichas.
Y desde entonces, ahí sigue, paso a paso, día a día, comiendo sus salchichas y sus chuches, viviendo y disfrutando del tiempo que le pueda quedar, junto a una familia realmente fabulosa, tanto humana como perruna.
Esta foto la compartieron ayer, Jack durmiendo en brazos de Mariesa.
Esperamos que esta historia inspire a más gente a cuidar de perros viejitos, a adoptar a un can senior. Y, por supuesto, a colaborar con las protectoras que tanto hacen por ellos, también en España.
Incluso con sólo un euro al mes se puede hacer mucho. En este enlace encontraréis los teamings de muchas protectoras en toda España.
PD: De propina uno de los últimos vídeos que han compartido Chris y Mariesa. Aquí veréis cómo disfrutan todos sus perros cuando reciben los regalos de BarkBox. Es... ¡una pasada!