Los perros tienen muchos y muy variados súper poderes: algunos son capaces, incluso, de inspirar verdaderos cambios de vida. Le pasó a Joshua, que lo dejó todo para salir a conocer mundo, en bici, junto a Nero. Le pasó también a John, un hombre que vivía en la calle y que, gracias a George, su can, ha logrado dar un giro radical a su existencia, exponiendo obras en galerías del Reino Unido.
Hay incontables historias de ese efecto perruno sobre los humanos. Esta es una de ellas.
John y Kait Seyal son una pareja que decidió cambiar de vida y emprender un viaje muy especial, cruzando parte de EEUU a pie, junto a sus perros, para difundir el trabajo de los perros de terapia.
Max y Grace, dos canes adoptados, acompañaron a John y Kait desde Lewes, Delaware a San Francisco, California. Un paseo de más de 3.000 millas que duró ocho meses y medio.
Durante ese tiempo visitaron incontables hospitales, colegios, asilos... lugares en los que el cariño y la energía positiva de Max y Grace -ambos formados como perros de terapia- fueron una gran ayuda.
Podéis encontrar mucha información sobre ese gran viaje en su web.
De hecho, aunque empezaron siendo 4, terminaron siendo 7: por el camino se unió a ellos un amigo, Jon Slater, y su perro Old Brown Dog. Y adoptaron a una perra abandonada que se encontraron en Iowa.
"En este mundo moderno de la rapidez nuestros perros son la conexión con los ritmos naturales de la vida. Cuando viajamos connuestros perros hacen que podamos conectar de una forma más profunda con los sitios que visitamos y la gente a la que conocemos. Ellos ven, huelen y oyen detalles de nuestro mundo que nosotros normalmente ignoraríamos.
Nuestros perros nos recuerdan constantemente que debemos aprecier la belleza tranquila de tomarnos las cosas con calma y disfrutar de ese mundo que está ahí, ante nuestros ojos"