Katie tiene citopatía mitocondrial, cuando era adolescente dejó de poder andar, tenía convulsiones y sólo podía estar en casa, en la cama. Hasta que Kit llegó a su lado: "si no hubiera sido por mi perra de asistencia, seguramente ahora estaría muerta", explica. Kit aprendió a detectar los ataques antes de que sucedieran y alertaba a Katie para que ella supiera cómo gestionarlos. Han pasado 11 años juntas y gracias a eso Katie pudo salir de casa y empezar a tener una vida normal, pudo incluso ir a la universidad.
Y ahora Katie tiene claro que quiere dedicar su vida a educar y entrenar a perros de asistencia,para que más personas puedan tener la libertad y la capacidad de vivir sus vidas con independenciacon la ayuda de un can. Como ella ha podido hacer gracias a Kit.
Porque Kit ya no está a su lado, una pérdida que para ella ha sido devastadora y de la que se ha ido recuperando gracias al apoyo de su pareja y gracias a los perros que hay ahora en su vida.
Katie está entrenando a dos canes, Gidget se quedará a su vera y será la encargada de alertar en caso de que se avecine una convulsión. Y Elliot se convertirá en el compañero de alguna persona invidente.
La Cura de Katie, Katie's Cure: este breve documental de Nick Weiss es cómo descubrí su historia. Un relato lleno de emoción y verdad, lleno de amor por la perra que tanto hizo por ella y de la que nunca querrá olvidarse. Ella cuenta que siente a Kit junto a ella, tuvo una convulsión y fue como si la viera y pudiera tocarla y acariciarla; siempre estará con ella.