El estrés es uno de los problemas más habituales de los perros que conviven con nosotros: hay estudios que han demostrado que los niveles de estrés entre una persona y su perro terminan sincronizándose, es decir, contagiamos a nuestros perros. Y, en paralelo, hay momentos o situaciones que sencillamente superan a nuestros canes, generándoles ansiedad (ruidos, aglomeraciones, bruscos cambios de rutina).
Además hay que tener en cuenta que en los perros el estrés se puede acumular (diversos incidentes estresantes van sumando su efecto) y esto es algo que se puede traducir en diversos comportamientos, ansiedad por separación, miedos, agresividad...
Y el estudio del que hablamos aquí muestra que, además, el estrés genera cambios físicos en los perros, igual que nos sucede a nosotros.
Según un estudio de Northern Illinois University, la ansiedad es una de las causas por las que ciertos perros empiezan a tener canas antes que otros.
Los investigadores han examinado detenidamente la apariencia de 400 perros de entre 1 y 4 años, analizando los datos proporcionados por sus dueños sobre todo tipo de cuestiones relacionadas con el comportamiento de sus perros.
Ni el tamaño, ni el hecho de estar o no esterilizados o sus posibles problemas médicos tienen repercusión sobre la presencia de canas tempranas. En cambio, según los datos analizados, los perros jóvenes (entre 1 y 4 años) con ansiedad o con comportamientos impulsivos son los más proclives a tener canas antes. Y es aún más pronunciado en las perras que en los perros.
Los mismos investigadores publicaron otro estudio relacionado con el estrés, en 2014: en ese caso mostraron los efectos beneficiosos de las Thundershirts y otros métodos similares en perros estresados.
Se trata de un primer estudio, queda por saber qué otros cambios físicos, menos visibles, podría estar causando el estrés en los perros.
Lo primero es aprender a reconocer cuando un perro está estresado.
En este sentido es muy útil tener claras las señales de calma -es la forma en la que tu perro te puede indicar cuando no lo está pasando bien- y actuar en consecuencia. Hay que tratar de pensar en perro, no siempre en humano: eso es lo contrario de humanizar a los perros... Nuestro mundo está creado para nosotros, no para ellos y no siempre pueden adaptarse a nuestro ritmo.
Pero si crees que tu perro sufre algún tipo de trastorno de ansiedad, lo más recomendable sería recurrir a un profesional, a un buen etólogo o educador canino que te pueda dar pautas concretas.
PD: Una de las persona que ha formado parte de este estudio es Temple Grandin, sus charlas (y sus libros) sobre comportamiento animal son muy recomendables.
En esta, justamente, habla de la importancia de que los animales, sobre todo los perros, estén tranquilos.