El norte de Uganda trata de recuperarse de las heridas de veinte años de guerra, un brutal conflicto que dejó a miles de personas sin hogar y en la que la tortura y las violaciones de derechos humanos fueron generailizados: los niños eran secuestrados y obligados a matar, las mujeres y niñas eran violadas y retenidas como esclavas sexuales, las mutilaciones eran habituales... Ahora, decenas de miles de supervivientes tratan de salir adelante en una zona paupérrima donde, además, las tasas de suicido son altas porque aquí casi nadie puede recibir ayuda para sanar las heridas psicológicas.
En ese contexto es en el que trabajaThe Comfort Dog Project,una iniciativa doblemente positiva puesto que ayudan tanto a los humanos como a los canes.
The Comfort Dog Project proporciona asesoramiento profesional sobre traumas y al mismo tiempo enseña a las personas que forman parte del proyecto a cuidar de los perros para así fortalecer el vínculo entre ambos, ese vínculo que sana y que logra reducir el trauma sufrido.
"Este perro salvó mi vida, de no ser por él yo estaría muerta". Así de tajante se muestra Filda Akumu, una mujer que fue secuestra siendo una adolescente por el Ejército de Resistencia del Señor y obligada a presenciar la tortura y asesinato de sus hermanos.
The Comfort Dog Project lleva a cabo actividades terapéuticas que incluyen actividades en equipo con los perros para fomentar la confianza social y también un entrenamiento personal para que las personas que participan en el proyecto sepan cómo alimentar y cuidar de sus canes, cómo jugar con ellos y mostrarles afecto, cómo enseñarles a estar tranquilos en todo tipo de situaciones...