"Reflection of Me", "Reflejo de Mi Mismo", así se llama la serie de retratos que ha creadoIsaac Alvarez, unas fotos que buscan reflejar lo mucho que los perros se parecen a sus dueños, unas fotos que nacen, en gran medida, por el "racismo perruno": Isaac explica que como dueño de Pit Bull se siente dolido cada vez que alguien se muestra aterrorizado al ver a sus perros, cuando los juzgan o miran mal sin saber nada sobre su carácter, sólo porque son Pit Bull. Por eso su objetivo con esta serie es conseguir que más personas sean conscientes que ninguna raza es peligrosa o mala, todo depende de cómo sea educado ese can.
Este es su autorretrato con su perro Drax, el responsable de inspirar la serie.
Isaac, fotógrafo y artista afincado en Los Ángeles, nos cuenta que llevaba tiempo dándole vueltas a diversas ideas que relacionaban vidas humanas y perrunas hasta que finalmente se decidió por este proyecto, cansado de comprobar cómo se juzga a los canes por su raza de forma cotidiana.
Además, dado que las protectoras y perreras están siempre llenas de Pit Bulls, le parecía importante transmitir este mensaje: lo que realmente importa es cómo un can es educado.
Entonces lanzó la idea en facebook y muchos de sus amigos perrunos se apuntaron de inmediato a participar en el proyecto.
Les pidió que tuvieran en cuenta la personalidad de su perro al elegir la ropa que llevarían puesta para la sesión de fotos, para que el vestuario también reforzara la idea del binomio perro-humano, la idea de que nuestros canes son un reflejo de lo que nosotros somos, de lo que les enseñamos y transmitimos.
Primero retrató a los perros y luego a sus dueños, teniendo en mente el montaje que quería hacer, buscaba fotos que resultaran dramáticas y oscuras; ese es su estilo.
De esta manera la pose del perro determinaba la del humano: una vez elegida la foto del can, el humano tenía que posar de manera que el montaje posterior fuera coherente en cuanto a la postura del cuerpo, etc.
Eso ha facilitado considerablemente la postproducción: dado que hizo las fotos en el estudio, controlando la luz y los fondos, así resulto relativamente sencillo colocar las cabezas caninas sobre las humanas.
La experiencia de esta sesión de fotos doble ha sido genial, según nos cuenta Isaac. Y además, mientras iba retratando a unos y otros volvió a confirmar que la personalidad del can refleja la de su dueño.
¿Qué os parece el resultado? Podéis conocer más sobre el trabajo de Isaac Alvarez en su web y en su instagram.