Oliver es un perro con mucha suerte porque no solo tiene el cariño de su propia familia sino de todo un vecindario. Vive en una comunidad tranquila, de casas grandes con jardín en torno a un lago. Y desde que era un jovenzuelo se acostumbró a pasear libremente por todos lados, visita a los vecinos, recibe mimos, y luego vuelve a casa.
Oliver vive con unos cuantos amigos perros más pero está visto que él tiene un espíritu viajero y cada día, desde hace muchos años, sale a dar paseos él solito.
Ahora, con 15 años, Oliver apenas puede ver y casi no oye pero claramente tiene un mapa mental de su vecindario que le permite seguir yendo, cada mañana, a casa de sus vecinos favoritos. Allí no solo es bien recibido siempre sino que tiene a más amigos humanos y caninos.
Todos hacen lo posible para que Oliver esté feliz y él... disfruta de cada paseo, de cada día, como solo los perros saben hacerlo.
Podéis seguir las aventuras de Oliver en su página:
Y en la de sus vecinos :-)
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