"No tengo ninguna intención de rendirme, porque él no lo haría conmigo", dice Chris Page sobre su perro, Tank, el Pastor Alemán al que él adoptó y que se convirtió en su sombra y su mayor apoyo, en su perro de asistencia. Tank -tras formarse para poder ayudar a Page- le ha acompañado a lo largo de los años, haciendo que pudiera tener una vida normal y evitando que se autolesionara. Para él es más que un perro, más que un amigo: es su familia, lo es todo para él.
Hace poco le dieron la nefasta noticia, Tank tiene Mielopatía Degenerativa canina (MD), una enfernedad degenerativa de la médula espinal que es incurable, afecta sobre todo a Pastores Alemanes pero también a canes de otras razas.
Le deijeron que a Tank le quedaban pocos meses de vida y él siguió buscando opciones y soluciones. Lo malo fue que tras pasar por una operación para aliviar los síntomas, Tank perdió el uso de sus patas traseras.
Ahora Page se desvive cada día para que mejore la calidad de vida de su can: van juntos a la playa donde Tank puede nadar y jugar como siempre, también le ha comprado una silla de ruedas para que pueda moverse...
Las imágenes de ambos nadando en el mar quizá os hayan recordado, como a mí, a otra pareja perri-humana que cautivó a millones de personas en todo el mundo, a John y su perro Schoep.