Un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Ohio y el Centro Médico Wexnerha analizado datos de mordeduras de perros a niños pequeños. Para evaluar la gravedad de los incidentes, han revisado 15 años de casos de traumas faciales relacionados con perros en el Sistema de Salud de la Universidad de Virginia. Y en paralelo han analizado datos de mordeduras de perros a lo largo de 45 años para determinar las razas implicadas.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, 4.7 millones de personas en los Estados Unidos son mordidas por perros anualmente, y el 20 por ciento de estas víctimas requieren atención médica por sus lesiones. Aquellos que requieren tratamiento después de las mordeduras de perros son predominantementeniños de 5 a 9 años.
"Los niños pequeños son especialmente vulnerables a las mordeduras de perros porque pueden no identificar las sutiles señales de que un perro podría morderles", explica el Dr. Charles Elmaraghy, coautor del estudio.
Por eso mismo se han enfocado en analizar los datos sobre mordeduras a niños en este estudio,para intentar así ofrecer información que sea de utilidad a cualquier familia con niños pequeños que esté considerando adoptar a un can.
Con los datos de 15 años de traumas faciales infantiles relacionados con perros, los investigadores crearon una especie de "escala de gravedad" del daño tras analizar el tamaño de la herida, el desgarro del tejido, las fracturas óseas y otras lesiones lo suficientemente graves como para justificar la consulta de un traumatólogo facial y un cirujano reconstructivo. Y cruzaron esta información con datos sobre las razas de los perros involucrados o con sus rasgos físicos, para tratar de determinar cuales presentan mayor riesgo de morder y para analizar las causas (dónde y cuándo se produjo ese incidente).
El estudio, publicado en el International Journal of Pediatric Otorhinolaryngology, indica que los pit bulls y los perros de razas mixtas, seguidas por los pastores alemanes tienen el mayor riesgo de morder y causan el mayor daño por mordida.
Cuando el estudio examinó las características físicas, los expertos hallaron que los perros que pesan entre 30 y 45 kilos y aquellos con una forma de cabeza cuadrada más ancha que larga, como la de un chow chow o un carlino, tenían más probabilidades de morder y causar daños graves.
Eel estudio ha constatado que en el 60% de los casos, no se conoce cuál es la raza del perro que ha mordido a un niño por lo que es clave no enfocar todas las medidas en ciertas razas o tipos de razas.
"Esta investigación destaca un problema importante de salud pública y proporciona un nuevo marco para la toma de decisiones para las familias que consideran la propiedad de perros", según el Dr. K. Craig Kent, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Ohio.
Las circunstancias que hacen que un perro muerda varían y pueden estar influenciadas por las tendencias de comportamiento de la raza y el comportamiento de la víctima, los padres y el dueño del perro.
"Los niños imitan a sus padres", explica Meghan Herron, profesora asociada de servicios clínicos veterinarios en la Facultad de Medicina Veterinaria del Estado de Ohio. “Es importante que los padres sean un modelo para sus hijos evitando confrontaciones o situaciones de riesgo que pudieran desencadenar una respuesta de miedo o agresión relacionada con el miedo por parte del perro si un niño repitiera ese comportamiento. Esto incluye gritos, golpes, empujar a un perro que se ha subido a algún sitio o quitarle algo (juguete, comida, etc.) por la fuerza ".
Herron proporciona estos consejos prácticos, una guía básica para familias en las que convivan perros y niños:
La mayoría de las mordeduras a los niños se producen en casa, cuando el perro de la familia está descansando y el niño se acerca. Trate de proporcionar y fomentar lugares de descanso para los canes alejados de donde los niños corren y juegan.
Muchas mordeduras a los niños ocurren incluso cuando un adulto está en la habitación. Si no puede dedicar su atención a las interacciones entre el perro y el niño, puede ser mejor tener una barrera física entre ellos, como una puerta para bebés o algún tipo de jaula - transportín para el perro.Esto es especialmente importante para los niños pequeños cuyos comportamientos pueden ser más erráticos, impredecibles o atemorizantes para un perro.
Enseñe a los niños a dejar que los perros descansen tranquilos y a mantenerse fuera de las camas, jaula-transportín y otros lugares de descanso designados para el perro. Si el lugar favorito del perro está en el sofá, coloque una toalla o manta para delinear claramente el espacio para perros en lugar del espacio para niños.
Los niños no deben acercarse, tocar o interactuar con los perros mientras están comiendo.Proporcione áreas tranquilas para que los perros coman lejos de las áreas donde los niños corren y juegan. Los huesos o mordedores masticables solo deben administrarse cuando los perros están separados de las áreas de juego.
Enseñe a los niños a ir a por un adulto si un perro se lleva uno de sus juguetes o su comida. Los niños nunca deben intentar recuperar estos artículos por sí mismos.
Estudios como este dejan claro que hay dos consejos básicos: Es clave educar a los niños para que sepan lo que deben y no deben hacer pero es también crucial que cualquier adulto que tenga relación con perros y niños sepa reconocer las señales de calma y sepa establecer normas que eviten situaciones de riesgo.