"Por el bien de la seguridad pública y la salud y el bienestar de los animales, instamos al gobierno (británico) a adoptar un enfoque basado en evidencias, un enfoque de "hechos, no razas" para la legislación de control de perros", dice el comunicado emitido conjuntamente por las dos mayores asociaciones de veterinarios en el Reino Unido, BVA y BSAVA.
En el verano de 2021 se cumplirán 30 años de la aprobación en el Reino Unido del Dangerous Dogs Act, una legislación que pretendía evitar las mordeduras caninas a personas o a otros perros. Una legislación que es aún más draconiana que la que afecta a los llamados "perros potencialmente peligrosos" en España puesto que directamente prohibe cuatro razas de perro: Pit Bull Terrier, Tosa Inu, Dogo Argentino y Fila Brasileño así como cualquier can que tenga sus características físicas.
Una legislación que, tal y como detalla el comunicado de los veterinarios británicos, se ha demostrado ineficaz para lograr su cometido y no está basada en evidencias científicas. Y es por ello que insisten en solicitar a su gobierno un cambio de enfoque:
Una revisión cinco años después de la implementación de la Ley no encontró ninguna reducción en los casos de mordeduras de perro. Es más, un estudio publicado en 2021 encontró que las tasas de ingreso hospitalario de adultos por mordeduras de perro se triplicaron en Inglaterra entre 1998-2018, y la incidencia de mordeduras de perro a niños ha continuado siendo elevada.
Los veterinarios británicos son claros en su análisis y recomendaciones: todos los perros, sea cual sea su tipo de raza o tamaño, son capaces de mostrar agresividad. Y es clave recalcar que múltiples factores pueden contribuir al desarrollo de la agresividad canina o las mordeduras incluida la socialización, cicunstancias ambientales y la educación del can.
A los veterinarios también les preocupa que al definir ciertas razas como "peligrosas" se quite el foco sobre la importancia de la tenencia responsable y, además, se genere una falsa sensación de seguridad:
Se ha demostrado que una mayoría del público no es capaz de identificar correctamente a las razas de perros prohibidas y, en cualquier caso, es justamente esa etiqueta de "raza peligrosa" la que puede resultar peligrosa: al dar a entender que los incidentes de mordeduras están intrínsecamente relacionados al tipo de raza esto genera una falsa impresión de que los canes que no están en la lista son "seguros" y no van a exhibir un comportamiento de tipo agresivo.
Además, la actual legislación tiene impactos tremendamene negativos sobre el bienestar de los canes que pueden ser incautados ante la mera sospecha de que son de alguna de las razas prohibidas.
Las principales recomendaciones oficiales son:
Derogar el artículo 1 de la Ley de perros peligrosos (1991)
Establecer una base de datos centralizada de incidentes de mordeduras de perros y seguir investigando sobre las causas de la agresividad canina.
Promover interacciones seguras entre perros y humanos y la tenencia responsable a través de programas y campañas de educación.
La foto que encabeza el texto, un perro de raza Fila Brasileño, es de Julio Cesar Hoyos.
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