Aunque sea un clásico y aunque se haya hecho toda la vida no quiere decir que sea un entretenimiento inocuo: tirarle un palo a nuestro perro puede terminar con una visita a urgencias.
Es algo sobre lo que advierten múltiples veterinarios en todo el mundo porque sucede con mucha más frecuencia de lo que pudiéramos sospechar y porque puede traducirse en lesiones muy graves.
En el Reino Unido se estima que alrededor de 1.4 millones de perros al año se lesionan mordiendo o jugando con palos.
Es lo que le ha ocurrido a este jovenzuelo Border Collie llamado Dash: con el ansia de atrapar el palo acabó tragándoselo entero como podréis observar en la radiografía.
Él ha tenido suerte, los veterinarios de Animal Referral Hospital pudieron retirar el palo y todas las astillas y el can se ha recuperado. Pero no siempre la historia termina así de bien, como refleja un estudio llevado a cabo por el Royal Veterinary College de Londres porque esas astillas pueden causar infecciones que en algunos casos llegan a ser mortales.
Esta perra se tragó un palo sin que su dueña se diera cuenta: por la noche comenzó a vomitar sangre y acabaron en urgencias. Así descubrieron que un palo le había causado una grave obstrucción en el esófago, incluso perforándolo.
Los accidentes de este tipo son demasiado frecuentes y son de pesadilla.
En este extenso artículo la (gran) educadora canina británica, Patricia McConnell habla de la cuestión. Su consejo es claro: es improbable sí, pero no imposible que un perro se lastime si le tiramos palos constantemente y por eso ella, para evitar el riesgo, se ha pasado a otro tipo de juguetes, palos de plástico, etc.
Diversos veterinarios advierten que el tipo de accidentes que llegan a sus consultas son graves y demasiados comunes: pueden atender varios casos al mes. En Australia el Colegio de Veterinarios también ha emitido una seria advertencia al respecto al igual que la asociación de veterinarios británicos.
Las lesiones de los perros por palos, advierten, pueden variar desde cortes y raspaduras en la boca hasta infecciones por astillas de palos y lesiones potencialmente mortales. Una encuesta realizada por la Asociación Veterinaria Británica en 2017 reveló que 3 de cada 4 veterinarios habían visto perros heridos por el lanzamiento de palos durante el año anterior.
¿Por qué es tan peligroso?
Además de los accidentes más evidentes, cuando un perro va corriendo y se clava el palo o se lo traga entero, palos que se quedan atascados en la boca, etc. también hay un grave riesgo debido a las astillas: se pueden clavar en su lengua o en su paladar, se las puede tragar y si se infectan esto puede dar lugar a un serio problema médico. también pueden llegar a perforar órganos vitales.
A Max, por ejemplo, se le atascó el palo en el paladar:
Es importante ser conscientes de los riesgos y tratar de utilizar otro tipo de juguetes durante los paseos, aunque en realidad, según destacan la mayoría de educadores caninos, es mejor fomentar los paseos algo más relajados, que los perros puedan ir oliendo a su ritmo, interactuando con sus congéneres... Es decir, un paseo de calidad con nuestro perro.
Tirarle un palo (o una pelota) constantemente suele hacer que ese can se vuelva un yonqui de los palos o las pelotas, que los necesite constantemente a lo largo de cualquier paseo y eso no es positivo para ellos.
Pero, en caso de dedicar un rato a jugar con nuestros canes, hay opciones más seguras que los palos: desde el "safestix", o palo seguro, de Kong a otro tipo de juguetes similares que son con forma redondeada y que no se astillan.
PD: Claro que hay algunos perros que han encontrado la alternativa... Elegir palos tan, tan grandes que más bien parece que sea el palo el que juegue con el perro :-)
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