Los canes que viven y trabajan en Ol Pejeta, en Kenia, han sido entrenados para ayudar a salvar a los animales que hay en este gran santuario y reserva natural: allí hay leones, elefantes, chimpancés... y rinocerontes blancos y negros. Son estos últimos, casi extinguidos por el exceso de caza, los que reciben la atención de los perros, pata a mano con los guardias que son ahora también guías caninos. En Ol Pejeta también hay rinocerontes blancos, tres ejemplares de una especie que ya sólo existe en santuarios.
En estos interesantes reportajes nos explican cómo se trabaja en Ol Pejeta para preservar la vida de los rinocerontesy cómo la presencia de los canes -Malinois y Sabuesos- está ayudando a varios niveles.
Primero porque evidentemente, desempeñan su labor detectando y combatiendo a los furtivos, pero también tienen un claro efecto disuasorio: su mera presencia hace que los furtivos se lo piensen dos veces antes de entrar en Ol Pejeta.
¿El resultado? Es uno de los santuarios de rinocerontes negros que más éxito ha tenido en su conservación.
El vínculo entre los perros y los guardias es algo esencial: tienen que apoyarse los unos a los otros, los guías caninos tienen que conocer a los perros a la perfección y cuidar de ellos.