Este maravilloso texto lo escribió Ernest Montague hace ya algunos años pero el tiempo no ha hecho que sus palabras sean menos certeras, más bien lo contrario. Es un texto que conecta de inmediato con cualquiera que haya tenido que despedir a algún amigo perro, con cualquiera que sienta el dolor de la ausencia cada día.
Según explica Montague, lo escribió es en memoria de Bolo "un Pit Bull blanco y negro que siempre quería salir a pasear, hasta el día en que murió. A lo mejor sólo podía avanzar unos pocos pasos y entonces me miraba como diciendo 'No puedo ir más lejos. Pero no te pienses ni por un segundo que ya no quiero seguir andando'"
Los perros nunca mueren. Duermen en tu corazón.
“Algunos de vosotros, sobre todo aquellos que piensan que "la muerte" les ha quitado a su perro recientemente, no entienden esto. No tenía ganas de explicarlo pero no estaré aquí siempre y más vale que lo haga.
Los perros nunca mueren. No saben cómo hacerlo. Se cansan, se hacen viejos, y les duelen los huesos. Por supuesto que no mueren. Si lo hicieran, no querrían salir a pasear siempre, incluso mucho después de que sus viejos huesos digan: “No, no, no es una buena idea. No vayamos a dar un paseo”. No, los perros siempre quieren salir a pasear. Tal vez, sólo lleguen a dar un paso antes de que sus tendones envejecidos les hagan desplomarse en el suelo, pero así son los perros. Ellos caminan.
No es que no les guste tu compañía. Al contrario, un paseo contigo es todo lo que hay. Su jefe, y la cacofonía sinfónica de olores que es el mundo. Caca de gato, la marca de otro perro, un hueso de pollo en descomposición (albricias), y tú. Eso es lo que hace que su mundo sea perfecto, y en un mundo perfecto la muerte no tiene cabida.
Lo que pasa es que a los perros les entra sueño, mucho sueño. Eso es lo que pasa. Es algo que no te enseñan en esas universidades de renombre donde sí te explican todo sobre los quarks y otras partículas y sobre la economía según Keynes. Saben tanto que se les olvida que los perros nunca mueren. Es una pena, la verdad. Los perros tienen tanto que dar y a la gente le da por hablar y hablar.
Cuando piensas que tu perro ha muerto, sólo se ha quedado dormido en tu corazón. Y, por cierto, está moviendo su cola como un loco, ¿ves?, por eso te duele tanto el pecho y lloras todo el tiempo. ¿Quién no lloraría con un perro feliz moviendo la cola en su pecho? ¡Ay! ‘Tac tac tac tac, eso duele. Pero sólo menean su cola cuando están despiertos. Entonces es cuando dicen: “¡Gracias Jefe! Gracias por dejarme un lugar calentito para dormir y además siempre al lado de tu corazón, el mejor sitio”.
La primera vez que se duermen se despiertan todo el tiempo y por eso lloras todo el rato. Tac, tac, tac. Luego empiezan a dormir más tiempo. (Recuerda, el tiempo versión perro no es lo mismo que el tiempo en versión humano. Cuando sacas a tu can a pasear, es un día entero de aventuras en una sola hora. Volvéis a casa y tienen que esperar una semana, bueno un día para tí pero en realidad una semana, hasta que vuelven a salir a dar un paseo. NORMAL que les encante salir a pasear).
Bueno, como iba diciendo, se duermen en tu corazón y cuando se despiertan mueven el rabillo. Después de unos cuantos años perrunos duermen siestas más largas, igual que harías tú. Ellos han sido PERROS BUENOS toda su vida, y ambos lo sabéis. Es cansado lo de ser un buen perro todo el rato, sobre todo cuando te haces mayor y te duelen los huesos y te caes y no quieres salir fuera a hacer pis cuando llueve pero sigues saliendo, porque eres un buen perro. Así que entiende que ahora que duermen en tu corazón, dormirán más y más tiempo.
Pero que no te engañen. No están "muertos" Eso no existe. Duermen en tu corazón y se despertarán cuando menos te lo esperes. Así son los perros.
Lo siento por los que no tienen perros durmiendo en su corazón. Te has perdido tanto. Disculpa, tengo que irme a llorar"