¿No se puede regalar un perro en Navidad? ¿Tampoco un perro adoptado? La pregunta debería ser más bien otra. El problema no está en regalar sino en el proceso previo que ha llevado hasta esa decisión. Da igual si es Navidad, San Valentín, un cumpleaños o el aniversario de la llegada del hombre a la luna:si se regala a un perro por un impulso no meditado, si es un intento por sorprender a una pareja o a un niño, o si se trata de una estrategia para que una persona mayor esté más acompañada... pues no, no se debería regalar así. Si no hay una reflexión sobre lo que requerirá este animal para estar bien, un compromiso claro e informado por parte de la persona que se va a ocupar de este nuevo miembro de su familia, ese regalo seguramente sea mala idea en cualquier época del año.
Un perro es un ser vivo, no un gadget que pueda ser devuelto o cambiado antes de que expire la garantía.
Como recalcan desde el programa Dejemos Huella, una iniciativa dedicada a velar por el bienestar y protección de perros y gatos,cada año tras la época navideña se observan unos meses más tarde múltiples abandonos: si cada año se abandonan 300.000 mascotas, durante los primeros meses del año el 33% de los abandonos de animales son fruto de regalos navideños.
De ahí la importancia clave de evitar regalar un animal por sorpresa: adoptar requiere un consenso de toda la familiaporque es una responsabilidad e implicación compartida, y no puede ser fruto de un impulso pasajero, ya que deriva en necesidades elementales: tiempo (para juegos, mimos y paseos), organización (en viajes, día laborales…) y costes (alimentación y cuidados…)
¿Has tenido en cuenta si la persona a quien quieres regalarle ese can sabrá y podrá cuidarlo? Un perro no viene con manual de instrucciones y los hay que vienen con pilas duracel y sin ningún botón de apagado...
No todo el mundo está preparado para cuidar bien de un perro y sí, resulta que después de Navidad es cuando, en todo el mundo, demasiadas personas devuelven esos regalos que no les han convencido, también los perros.
Por algo más de una protectora -incluyendo la mayor protectora de Alemania- decide que en Navidad lo mejor es paralizar las adopciones, sobre todo de cachorros, para evitar esos impulsos que luego terminan de vuelta en los cheniles.
Y si alguien quiere adoptar responsablemente, podrá hacerlo después, cuando ese perro, gato o loro no pueda convertirse en un regalo de Navidad que, posteriormente, sea entregado a otra protectora o, peor, abandonado.
El spot de Nuria Gago, actriz, escritora y ahora directora, refleja con igual claridad el mismo problema. Los perros no son juguetes: