Es como si vieran con la nariz, así suele describirse el potente olfato de los canes, un olfato capaz de detectar enfermedades, chinches, bombas, drogas... y por supuesto, el olor de su humano, lo más delicioso con permiso del bacon.
En este vídeo la reconocida escritora, profesora y etóloga Alexandra Horowitz explica el fascinante mundo olfativo de los canes.
Si os divierte e interesa lo que cuenta -y resulta fascinante- su libro En la mente de un perro es muy recomendable. Y tiene otro libro dedicado íntegramente al olfato, tanto humano como perruno, que es igualmente apasionante: Being a Dog.
Uno de los ejemplos que ofrece para comparar el poder de la nariz canina con respecto a la humana: nosotros podemos distinguir el olor de un perfume en un cuarto... Un perro podría hacerlo en un estadio de fútbol cerrado y sería, incluso, capaz de distinguir los diferentes elementos que componen el perfume.
Los humanos desprendemos olor con cada paso que damos y ese olor, lógicamente, se va desvaneciendo según pasa el tiempo. Eso es lo que detecta un perro que está rastreando a una persona y por eso se puede decir que los perros "huelen" el tiempo, porque lo que está en el pasado huele más tenue que lo que está en el presente.
Este otro experimento busca, justamente, mostrar cómo los perros "huelen"el tiempo. Lo compartimos hace tiempo pero como Horowitz describe, en su libro, una prueba similar y con resultados idénticos, lo volvemos a compartir; es realmente interesante como hipótesis.
Que interesante..