Los perros han desarrollado nuevos músculos alrededor de los ojos para comunicarse mejor con los humanos. Es lo que se desprende de una investigación que compara la anatomía y el comportamiento de los perros y los lobos y sugiere que la anatomía facial de los canes ha cambiado a lo largo de miles de años específicamente para permitirles conectar con los humanos.
Seguro que todos reconocemos la expresión que una gran mayoría de canes es capaz de adoptar cuando quieren algo, quizá comida, quizá atención... Y resulta que para poder mirarnos así los canes han tenido que desarrollar un músculo que los lobos no tienen.
Se denomina AU101 y es justamente lo que hace este perro en la segunda foto con su ceja.. lo que mucha gente más allá del mundo científico conoce como "poner ojitos".
El equipo de investigación, dirigido por la psicóloga comparativa Dra. Juliane Kaminski,de la Universidad de Portsmouth, también ha incluido un equipo de expertos en comportamiento y anatomía en el Reino Unido y Estados Unidos.
La Dra. Kaminski lleva años estudiando las expresiones caninas y también ha constatado que los perros "ponen ojitos" con mucha más frecuencia cuando están delante de los humanos: es decir, es una expresión que usan para comunicarse con nosotros. Y también se ha demostrado que los canes que, instintivamente, utilizan el AU101 son adoptados antes.
En el nuevo estudio, el equipo de Kaminski ha analizado y comparado detalladamente la anatomía y el comportamiento de los perros y los lobos: así es como han identificado que aunque la musculatura facial de ambas especies es similar, no lo es justamente encima de los ojos.
Los perros tienen un músculo pequeño que les permite elevar intensamente su ceja interna, algo que los lobos no pueden hacer.
El único can de todos los estudiados que no tenía este músculo es el Husky Siberiano (una raza que es mucho más cercana al lobo)
Los cambios en los tejidos blandos son intrínsecamente difíciles de documentar, ya que estos tejidos no se fosilizan fácilmente. De ahí el interés de este estudio en el que también se muestra que esos cambios musculares se pueden vincular directamente a una mejor interacción social con los humanos.
El resto de la anatomía facial no difirió entre perros y lobos, por lo que esta diferencia anatómica se traduce en diferencias de comportamiento puesto que los perros producen movimientos faciales de la ceja AU101 más comunes y exagerados que los lobos.
Los autores sugieren que ese movimiento desencadena una respuesta inmediata en los humanos porque hace que los ojos de los perros parezcan más grandes, más parecidos a los de los bebés y también a los de las personas cuando están tristes.
Y la hipótesis es que las cejas expresivas de los perros son el resultado de una selección basada en las preferencias de los humanos.
La Dra Sarah Byosiere, del Thinking Dog Center, habla en esta interesantísima entrevista sobre los resultados de ese estudio y también de muchas otras características que han hecho posible el vínculo entre perros y humanos porque la comunicación entre canes y humanos es clave.
Los perros hacen un enorme esfuerzo por entendernos... Nosotros tenemos mucho por aprender al respecto.