Existen perros caprichosos con la comida, perros comilones y perros “aspiradora”. Si tienes un Cocker, un Beagle o un Labrador, entre otras razas, seguro que sabes de qué estamos hablando. Algunos perros parece que no dan tiempo ni a que su cuenco lleno de comida llegue al suelo para terminar su ración en cuestión de segundos.
Además, la mayoría de ellos pasa todo el día buscando algo para comer, ya sea husmeando las basuras, rastreando el suelo durante su paseo o persiguiendo a todo el que se acerca a la nevera intentando conseguir algún “aperitivo”.
¿Cuáles son las causas de este comportamiento?
Antes de etiquetar a nuestro can como un perro glotón por naturaleza es importante descartar algunas causas distintas de su carácter que podrían justificar esa velocidad y ese apetito voraz e insaciable. Enfermedades como la diabetes o el Síndrome de Cushing, algunos medicamentos como los corticosteroides o algunas hormonas y medicamentos anticonvulsivantes pueden provocar lo que llamamos polifagia, es decir, un aumento de cantidad de comida ingerida y también del apetito del perro.
Una vez descartadas estas causas, se puede asociar la “glotonería” del perro a su carácter. Esta actitud puede deberse a una vivencia temporal (por ejemplo, una situación de estrés), o bien, ser algo que el perro “ya lleve de fábrica” y sea un perro ansioso ante la comida por carácter.
Defender su territorio
En cachorros suele ser frecuente ver perritos de todas las razas que se abalanzan sobre el comedero como si alguien fuese a quitarles la comida. Realmente es posible que ellos tengan este temor, ya que cuando compartían su vida con sus hermanos debían estar muy atentos a la hora de comer para que no les quitaran su ración.
Si es tu caso, es importante que convenzas a tu cachorro de que nadie le va a “robar” la comida. Para ello, mantente a su lado, tranquilo, háblale suavemente y acarícialo con calma mientras come para que se dé cuenta de que no le vas a quitar su alimento. Con los días aprenderá a ingerir la comida con calma y sin la ansiedad y el miedo que le causaba la posibilidad de no poder comer.
¿Debemos preocuparnos?
Si van pasando los meses y tu cachorro sigue mostrando una gran ansiedad a la hora de comer, engulle sin ni siquiera masticar su ración de pienso o busca comida todo el día e intenta ingerir todo lo que se encuentra, puede empezar a tener problemas como obesidad, regurgitación, vómitos, indigestiones, intoxicaciones e incluso una torsión de estómago.
- Ten a tu perro en forma. Realizar ejercicio a diario calma la ansiedad y equilibra su comportamiento.
- Nunca alimentes a tu perro fuera de sus horas habituales, a menos que se trate de un premio por algo que ha hecho bien. Si sabe que puede caer algo de comida en cualquier momento, siempre estará pendiente de ello.
- Reparte la comida en varias tomas de poco volumen durante todo el día.
- No des de comer a tu perro en momentos de nerviosismo o estrés ni tampoco 30 minutos antes o después de realizar ejercicio.
- Mezcla en su ración de pienso formulado algunas piezas de frutas como la manzana. Le forzarán a prestar atención a lo que come sin arriesgar su salud.
- Cambia su comedero por uno que dificulte la ingesta rápida. Existen varios modelos en el mercado (aunque puedes fabricarlo tú mismo si eres un poco manitas.