La palabra suerte no alcanza para describir lo que ha sucedido hace unos días en Irvington Reservoir, en el estado de Nueva York. Dos perros habían caído al agua al romperse el hielo que había en la superficie del lago y no eran capaces de volver a la orilla. Entonces el destino quiso que justo pasara por allí una de las pocas personas capaces de reaccionar con efectividad ante una situación así. Timofey Yuriev estaba con su mujer y su perra paseando junto a ese lago cuando escuchó los gritos pidiendo ayuda.
Timofey Yuriev no lo dudó al ver que los perros estaban a punto de ahogarse y que los equipos de rescate aún tardarían en llegar. Él se lanzó al agua y tras él, su perra, Kira.
Y es que resulta que Yuriev, oriundo de Kazajistán, creció en Siberia y allí aprendió diversas técnicas para saber cómo nadar en aguas gélidas gracias a su abuelo.
Por eso él primero se quitó la ropa y utilizó un punto de presión -como veréis en el vídeo- además de ejercicios de respiración para afrontar la bajada de temperatura.
Además, es genial ver cómo Kira entra en acción ayudando a su humano: ella es, claramente, la que anima a los otros dos pobres perros a hacer caso al humano y nadar tras ellos. Todos están sanos y salvos... ¡Vaya aventura!