""Milo" había caído de mucha altura, y con el susto, al principio no se fiaba de nuestro compañero "Iki" Pero con paciencia y un poco de trabajo en equipo, Milo de nuevo con sus dueños, y casi sin ningún daño", explican en sus redes Bomberos y Bomberas de Bizkaia:
Vaya susto se ha dado el pobre Milo, pero ya arropado por una manta y en brazos de su humana, la vida seguro que le volverá a parecer mucho mejor.
Qué cuidado hay que tener en los paseos si llevamos a nuestros compis sueltos: su afán por explorar, su instinto de caza o su curiosidad pueden jugarnos malas pasadas como aquí. Es importante ir siempre pendiente de ellos cuando van sin correa y, por supuesto, tener claro que nos hacen caso si les llamamos para que vuelvan a nuestro lado. Esa "llamada" se puede trabajar de mil maneras en el día a día, sin estrés y muchas veces sin premios, basta que cuando lleguen a tu lado tengan algo que les guste, como una caricia o un juego especial.
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