La rabia es una enfermedad infecciosa transmitida por un virus(del género Lyssavirus), que afecta a animales salvajes (zorros, murciélagos, hurones...) a animales domésticos y también al hombre. La vía de contagio es la mordedura por parte de un animal infectado (casi siempre perros), ya que la saliva de los animales enfermos contiene grandes cantidades del virus, nos aclaran los expertos de Bayer. Y aunque que en la UE la enfermedad está prácticamente erradicada, de vez en cuando se da algún caso, como sucedió en Toledo en 2013.
En Asia y África, sin embargo, la rabia causa estragos: se calcula que unas 55.000 personas mueren cada año debido a esta enfermedad en todo el mundo.
Por eso, demasiados gobiernos optan por matar moscas a cañonazos, por así decirlo, y lanzan campañas masivas para envenenar a los perros callejeros. Ese "método", además de inhumano y cruel, se ha demostrado particularmente ineficaz para acabar con la rabia.
Incontablesorganizaciones humanitarias trabajan en todo el mundo para demostrar que es mucho más útl esterilizar y vacunar a los perros, ese es el camino recomendado y recomendable para atajar un problema de salud tan grave.
Tal y como indican desde la OMS: "La rabia se puede prevenir administrando una vacuna. La vacunación de los perros es la estrategia más rentable para prevenir la rabia en el ser humano. No solamente se reducirán los fallecimientos atribuibles a la rabia, sino también la necesidad de profilaxis tras la exposición como parte de la atención a los pacientes mordidos por perros."
Es lo que está sucediendo desde 2017 en Afganistán, en gran medida gracias a la labor de Mayhew, una gran protectora británica. Tras llegar a un acuerdo realmente importante con el gobierno se ha pasado de matar (masacrar, realmente) a más de 100.000 perros a un programa que busca vacunar al 70% de los perros callejeros en la capital, Kabul.
En este gráfico se puede ver su (gran) labor hasta la fecha.
