Una de las últimas pelis de Adam Driver, el magnífico actor al que muchos conocimos en su papel de novio frenético y alterado en Girls, es ciertamente perruna: Paterson. De hecho, la prota canina de esta cinta, Nellie, recibió el máximo galardón canino de Cannes, el Palm Dog.
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Pero si hablamos de Driver no es por ella sino por su propio perro, el gran amor de su vida -con permiso de su mujer.
Resulta que Adam Driver detesta Halloween. No le gusta la idea, no le gusta ver las hordas de gente disfrazada o tener que repartir chuches a los que vienen a las casas. Vamos que no le gusta ni un poquito. Pero lo que sí le gusta y mucho son los perros. Por eso, como le había estado dando la tabarra a su mujer constantemente, porque él quería un perro, por Halloween ella le llevó a visitar una perrera en Long Island y así llegó a su vida Moose.
Es un mestizo de Pit Bull y Rottweiler que tiene una marcada obsesión con las pelotas de tenis... sobre todo con comérselas :-)
Sentido del humor a raudales y pasión perruna, Adam tiene claro que quiere a Moose por encima de todo. Y sus amores perros, al tratarse de alguien tan conocido, logran transmitir un mensaje adicional muy importante: Adam Driver no sólo está a favor de la adopción sino que él ha optado por adoptar a un mestizo de una raza considerada problemática.
Seguro que veremos más vídeos de Moose, por ahora ya ha debutado en CBS porque el can acompañó a Driver en esta entrevista.