Se llaman Abner, Caleb, Charity, Claudia, Cubby, Damaris, Devorah, Eden, Elijah, Gabriel, Gideon, Jael, Joanna, Job, Joy, Katie, Keren, Martha, Mary, Miriam, Pax, Peace, Persis, Phoebe, Priscilla y Triton.
Son veintiséis perros de intervención asistida que, junto a sus guías, miembros de una iglesia luterana, han pasado cinco semanas en Uvalde, Texas, ayudando a toda una comunidad a tratar de sanar las heridas y superar el dolor causado por el horror de la matanza en la Escuela Primaria Robb en la que veintiún personas, la mayoría niños, murieron asesinadas.
Los perros de LCC K-9 Comfort Dogs y sus guías, llegaron a Uvalde a los pocos días de la matanza y se quedaron dos semanas. Y, tras el verano, regresaron para el comienzo del curso, en septiembre.
Los equipos de perros de intervención asistida y sus guías se han ido turnando para estar, en total, tres semanas allí, acompañando a los niños a clase cuando tenían miedo, sentándose en silencio con ellos si estaban tristes, dejándoles hablar cuando lo necesitaban...
Cada día, durante esas tres semanas, los LCC K-9 Comfort Dogs han sido una presencia que aportaba calma y sonrisas tanto a los pequeños como a los profesores y al resto de la comunidad.
Una labor imprescindible y preciosa porque estos perros son clave para que muchas personas sean capaces de expresar un dolor tan hondo que es complicado traducirlo a palabras. Su presencia ha permitido a muchos comenzar un largo proceso para ir dejando atrás el horror vivido.
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