Reyna tiene a la vez mucha, mucha suerte y poca: mucha porque tiene una familia estupenda que disfruta al máximo viéndola disfrutar y ser una perra feliz.
Y poca porque es una Bully XL y vive en el Reino Unido, país que recientemente ha prohibido esta raza, es decir ha incorporado a los Bully XL a las razas que son consideradas peligrosas (como los PPP en España), algo que tiene unas consecuencias extremadamente graves para los perros en el Reino Unido, que pueden ser incluso sacrificados aunque no hayan hecho absolutamente nada ni demostrado ni un ápice de comportamiento agresivo.
Esta perra es una locuela feliz y bonachona que disfruta al máximo con su familia, como podréis ver en sus redes sociales, porque la dejan ser perra...
Pero como explican en este reportaje en el que podréis conocer toda su historia, evidentemente ahora ha de llevar siempre bozal cuando está en público y debe ir siempre atada -igual que los PPP en España.
Por eso la llevaron a la playa y pasaron allí un par de días antes de que entrara en vigor la normativa, para que pudiera correr a su aire sin consecuencias nefastas.
Así fueron sus últimas "vacaciones en libertad", disfrutando por la playa sin correa ni bozal.
Esperemos que en España haya avances, como prometió en su momento la Dirección General de Derechos de los Animales, y se empiece a regular de otra manera la cuestión: el objetivo siempre será garantizar la seguridad de otros perros y por supuesto de las personas pero está claro que hacerlo teniendo en cuenta solo la raza de un perro no es la mejor forma.
Imponer prohibiciones a perros solo por su aspecto, por su raza, es demonizar a ciertos perros sin más, sin tener en cuenta su comportamiento, caracter, educación... Y eso no contribuye a que haya menos mordeduras a personas o a perros.
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