¿Qué factores pueden influir sobre un envejecimiento más saludable en los perros? ¿Qué cuestiones en su entorno pueden afectar más la salud de los perros?
Estas son algunas de las preguntas a las que querían dar respuesta con el nuevo estudio que han llevado a cabo en la Universidad Estatal de Arizona y el Dog Aging Project con los datos proporcionados por más de 21.000 personas que conviven con canes.
Los resultados son, de alguna manera, muy similares a los que ofrecen otros estudios humanos: la soledad es muy perjudicial, una de las cuestiones más importantes para el bienestar de los perros son las relaciones sociales.
Los responsables de este estudio han creado una amplia encuesta para recabar información sobre multitud de aspectos en la vida de los perros y sus familias: la actividad física, el entorno, su comportamiento, la dieta, su estado de salud, medicamentos que pudiera tomar, los datos demográficos de su tutor, del barrio en el que vive, nivel de educación del tutor, edad del tutor...
A través de estas preguntas han identificado un número de factores clave (estabilidad del vecindario, ingreso total del hogar, tiempo social con adultos y niños, tiempo social con animales y edad del propietario) que son los que les han ayudado a explicar la composición del entorno social de un perro y se asociaron con su bienestar.
El equipo de ASU descubrió que el entorno en el que vivía el perro predecía su salud, diagnósticos de enfermedades y movilidad física, incluso después de tener en cuenta la edad y el peso del perro.
Más específicamente, la adversidad financiera y del hogar se vinculó con una peor salud y una movilidad física reducida, mientras que una mayor compañía social con humanos y otros perros se asoció con una mejor salud.
Pero lo más interesante es que estas dos cuestiones clave no tienen el mismo efecto sobre la salud de los canes: el efecto del apoyo social fue cinco veces más fuerte que los factores financieros.
“Esto demuestra que, como muchos animales sociales, incluidos los humanos, tener más compañeros sociales puede ser realmente importante para la salud del perro”, aclara Bri McCoy, una de las responsables del estudio.
Entre los resultados más sorprendentes: una asociación negativa del número de niños en el hogar y la salud del perro y que los perros de hogares con mayores ingresos fueron diagnosticados con más enfermedades.
La hipótesis para explicar estas dos cuestiones por parte de las investigadoras son que cuanto más tiempo dediquen las personas a sus hijos, es probable que pasen menos tiempo con los perros. Es decir, se trataría de un problema de asignación de recursos, más que de considerar a los niños como negativos para la salud de los canes.
Y en cuanto al diagnóstico de más enfermedades, los canes en hogares con más dinero tendrán acceso a una atención médica más frecuente, a más visitas al veterinario y pruebas adicionales, lo que conllevaría más diagnósticos.
Sus resultados se mantuvieron en gran medida incluso al tener en cuenta las diferencias de salud y enfermedades entre perros de pura raza y mestizos, así como entre razas específicas.
“El mensaje final es: tener una buena red, tener una buena conexión social es bueno para los perros que viven con nosotros”, dice Bri McCoy. Y lo que es bueno para los perros puede, igualmente, ayudar a las personas a vivir una vida más saludable.
Es decir, la importancia de que los canes puedan relacionarse de manera cotidiana con sus congéneres, que tengan amigos, que convivan incluso con otros perros, es tremendamente beneficioso para ellos.
“En general, nuestro estudio proporciona más evidencia del fuerte vínculo entre el entorno social y la salud, algo que ya es conocido en el caso de las personas”, concluye el profesor Snyder-Mackler, otro de los responsables de este estudio. "Necesitamos centrar más la atención en el papel del entorno social en la salud y la enfermedad, y continuar investigando cómo cada factor ambiental puede contribuir a más años de vida saludable... tanto en perros de compañía como en humanos".
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