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Las geniales inspiraciones carlinas de Gemma Gené (y su musa, Mochi)

Las geniales inspiraciones carlinas de Gemma Gené (y su musa, Mochi)

Última actualización del articulo el día 19/10/2016

Gemma Gené es arquitecta y artista visual, es de Barcelona pero vive y trabaja en Nueva York. En su obra, por suerte para nosotros, hay un llamativo componente perruno, debido al pequeño ser con el que comparte todo el tiempo que puede, su perro Mochi, un Carlino del que es imposible no enamorarse. Tras descubrir el precioso mural que acaba de hacer en Barcelona y sus fabulosas tiras cómicas perrunas, le pedí que nos contara algo más sobre Mochi. Seguro que os gusta su historia: porque Mochi es divino, porque su relación demuestra, con mucho arte, cómo influyen los perros en los humanos, cómo se convierten en compañeros de vida. Mochi, que fue adoptado en Girona, es la mejor musa. Y tiene la suerte de poder viajar de Barcelona a Nueva York, de Nueva York a Barcelona, disfrutando siempre junto a su familia.

Empezamos con arte, arte urbano. Este es el mural que Gemma ha creado en Barcelona (la foto es de @ginaturner23). 

Lo podéis ver en Poble Nou, está en Carrer de Bolívia, entre Roc Boronat y Granada. Aquí, en este espectacular vídeo, veréis a Gemma en acción, creando ese gran Woof de Mochi.

 

Un vídeo publicado por Gemma Gené (@gemma_gene) el

Y ahora toca descubrir al pequeño gran Mochi, claro, porque... sí, él es el que está bajo ese envoltorio plateado.

¿Cómo surgió este proyecto? Esto nos cuenta Gemma:

"El mural de Mochi envuelto es parte de una serie de cuadros de cosas envueltas y para el mural, que era muy importante para mi porque es la primera vez que hacia arte urbano,quería envolver algo importante, ¡y qué mas importante que Mochi!

Lo gracioso es que todo el mundo se pensaba que seria imposible envolver a Mochi o que saldría Mochi luchando contra el envoltorio pero a Mochi le encantó, de hecho sale sentado porque ¡¡se iba durmiendo mientras lo envolvía!! Se ve que le relaja jaja, evidentemente la cabeza no se la envolví, envolví un globo para que hiciera de modelo."

La pasión por los animales le viene a Gemma de lejos, desde niña. La historia que ha compartido con nosotros es realmente chula, así que le "cedo la palabra" para que nos lo explique ella directamente.

"Siempre he sido amante de los animales, hasta en el cole alguna profesora me había dicho que debía dejar de tener tantos amigos animales y centrarme mas en mis amigos personas… De pequeña tenia un Bobtail llamado Taca y cuando murió mis padres dijeron que ya no mas perros. Un día conocí una perrita carlino llamada Klain y me enamoré, ¡¡nunca había visto nada igual! ¡¡Que cosa mas rara!! Y desde ese momento me obsesione con los carlinos, mas concretamente con los carlinos negros. Pero no podía tenerlos en casa.

Crecí, me fui a vivir con mi novio, también amante de los perros y pensé “esta es la mía para tener mi carlino!”. La suerte no estaba de mi parte, porque el piso era de mis suegros y como era nuevo nos dijeron que nada de perros…¡Ya es mala pata!

El día de mi boda, mi queridísima madrina Meritxell, me trajo mi regalo de graduación (estaba a punto de terminar arquitectura) era ¡¡una tarjeta con la foto de un carlino negro!! Sobra decir que es el mejor regalo del mundo (junto con Taca). Mis suegros me vieron tan emocionada que aceptaron “al dichoso carlino” en casa.

Había un problema, el carlino no llegaba nunca, tenían carlinos beige, pero los negros aun no habían nacido, ¡y yo no podía esperar mas! Me puse manos a la obra y descubrí donde había carlinos negros en adopción, los encontré en Girona, y allí que me fui con lo puesto, con mi marido y mis padres.

Cuando llegué pregunte por los carlinos negros y me indicaron donde estaban los negros y los beige. No quise saber nada de los beige, yo había ido a buscar a ese carlino negro que tantos años llevaba buscando. Lo vi, y era mono, no se, ¿demasiado nervioso? Simpático…

Mi madre me insistía “Gemma, mira éste beige, ¡es monísimo!”. Total que miro el dichoso carlino que decía mi madre y de repente el mundo se paró por un instante, lo cogí y se durmió de golpe. Lo abrazé, era él. Cuando le dije a mi marido y mi padre que quería ese no se lo podían creer, habíamos ido hasta Girona para buscar un carlino negro y ahora volvía con uno beige. “El negro es muy mono, ¡¡pero a éste lo quiero!!”. Creo que todo tenia que pasar así para encontrarme con Mochi.

En el camino a casa, lo llame “¡Mochi!” y me miró. Mi padre dijo “bueno claro, dile cualquier nombre y va a mirar, ¡Luisa!” pero no…¡Mochi solo respondía a su nombre! Mochi vomitó en el coche, como aun hace cada vez que está nervioso. La primera noche lloró y cuando fui a hacerle compañía se dormía sin dejar de tocarme para saber si me iba o no, y desde ese momento ¡fuimos inseparables!

Con Mochi nos ha tocado la lotería, es el perro mas dulce del mundo. Desde pequeño siempre ha sido muy tranquilo, listo y obediente. Cuando era un cachorro yo estaba haciendo el proyecto final de carrera así que pasaba todas las horas del día con él y aprendió muy rápido.

La primera vez que le puse un arnés y una correa se ofendió, no había manera de que anduviera con la correa, así que se la quité y no se la volví a poner. Siempre ha ido suelto, menos en calles muy transitadas o cuando puede ser peligroso para él.

Como siempre vamos juntos nos entendemos muy bien, puedo decirle que se espere en algún sitio, o que vaya a buscar a alguien, que me traiga algo, que ladre, etc y él por su parte sabe comunicarme lo que necesita en cualquier momento. Y últimamente cuando quiero darle prisa a Jordi le mando a Mochi a que le insista. Nos ayudamos mutuamente, de hecho Mochi ha cambiado radicalmente mi vida, no solo mi rutina, si no también mi manera de ser.

Antes de conocer a Mochi, 157 of gemma, mi comic, ya existía pero cuando llegó Mochi se hizo el protagonista. En el comic Mochi es igual de dramático, mimado y vago, desde luego, pero en la vida real se porta un poco mejor y no está tan gordo.

Fui aceptada para estudiar un master en Columbia, y hicimos las maletas y nos fuimos a Nueva York. En los vuelos Mochi duerme todo el rato, nunca lo medicamos porque es muy tranquilo. Pensaba que viajar, especialmente a Estados Unidos, con el perro seria muy complicado, pero solo piden que esté vacunado de la rabia. Cuando cambiamos de país siempre tarda un par de días en instalarse, por el jet lag y la emoción de ver a gente que no veía en mucho tiempo. Los primeros días no suele jugar con otros perros y está muy sensible a los ruidos, los teléfonos, etc. Pero la verdad es que se adapta a todo.

Cuando vinimos a Nueva York, durante dos años vivimos entre el River Side park y el Central Park. El River Side Park es un parque enorme y precioso, que parece un bosque y donde a ciertas horas los perros pueden ir sueltos. Mochi se hizo el dueño del parque, le llamavan “the number 1 pug” (El carlino numero 1), cuando llegaba todo el mundo lo llamaba y él iba a buscar mimos a todos los dueños uno por uno.

A Central Park vamos de vez en cuando pero hay muchas restricciones para perros. Ahora vivimos en Brooklyn, el parque al que vamos no es tan fantástico como el River Side Park pero lo bueno que tiene este barrio es que es muy relajado en cuanto a perros.

A Mochi le encanta pasear, aunque no subir las escaleras ni andar demasiado.Como soy el rival mas débil me toca cargar con él cada día varias veces los cuatro pisos de escaleras.

Se pasa el día durmiendo y supervisando nuestro trabajo, y por supuesto inspirando viñetas, ¡que no es tarea fácil!

También se las ha ingeniado para que le cocinemos comida a parte…No sé como lo ha montado pero hoy le he hecho una tortilla con queso.

En Nueva York tiene muchos amigos, ¡mas que nosotros! Hay un restaurante que cada vez que pasamos por delante uno de los camareros sale para darle bacon a Mochi, por supuesto es su persona favorita.

Soy muy partidaria de los derechos de los animales, sé que por culpa de gente que no educa a sus perros hay muchas prohibiciones pero yo creo que los perros tendrían que poder ir a cualquier sitio que pueda la gente. Yo llevo a Mochi a todas partes, esté permitido o no menos a hospitales y museos que desafortunadamente no puede entrar de ninguna manera.

Cuando vamos a Barcelona, Mochi viene conmigo de compras, y es muy amigo de los dependientes en todas las tiendas. Y si hay una tienda a la que el no puede entrar, como El Corte Ingles, yo no entro, ni entraré nunca.

Lo que me encanta de Barcelona es que hay mucha gente con perros sueltos ¡que se portan superbién! En Barcelona hay mucha gente amante de los animales y la gente en general es mas relajada con los perros y eso se agradece mucho."

Os animamos a seguir las fabulosas aventuras de Mochi en instagram. Y a conocer más sobre la obra de Gemma Gené en su web y en su otro instagram.

 

COMENTARIOS

Me encanta tu historia con Mochi! Me gusta mucho que quieras llearlo a todas partes. Yo hago lo mismo con mi perra, porque se porta de una manera ejemplar y quiero demostrar al mundo que puede estar en cualquer parte y se comporta educadamente, mejor incluso que los niños ( me han dicho n muchos sitios) por eso viene conmigo a la farmacia, al banco, a las tiendas de ropa, al estanco, herbolarios,...) ella nunca me defrauda. Me encantan tus tiras cómicas!