A Walter le encanta lanzarse al agua y tiene la gran suerte de estar junto a una playa en la que sí pueden estar los canes. Le han colocado una cámara Go Pro en el lomo y el resto, como suele decirse, es historia. Historia perrunamente feliz y refrescante, claro.
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La escena es como el comienzo de las vacaciones, ese instante en el que anticipas el primer chapuzón del verano... ¡qué ganas!
Sucede en Siracusa, Sicilia. Y lo mejor es el dueño diciéndole a Walter al principio del vídeo "piano" (despacio), como si el can fuera a hacerle caso :-)
Walter ha olisqueado la felicidad que le espera al final del camino y no lo duda un segundo:
Y lo bueno es que también podemos volver a ver su felicidad, desde otra perspectiva: ¡al agua, Walter!
Qué envidia perruna y humana, qué ganas de salir corriendo a cualquier playa con el can :-)
uno de los mejores posts, por favor, qué gozada ver las dos perspectivas! Un perrete con mucha suerte :)