A Bentley lo rescataron de la calle: llegó a la SPCA de Pennsylvania con miedo, sin confiar en los humanos. Allí se encontró con voluntarios que hicieron todo lo posible para que el can estuviera bien, para que fuera dejando atrás su pasado y empezara a sentirse cómodo junto a las personas. Poco a poco lo consiguieron pero nadie se fijaba en Bentley. Y es que en todo el mundo los perros etiquetados como potencialmente peligrosos, como los Pit Bulls, siempre lo tienen más complicado para ser adoptados.
En todas las perreras de España se puede comprobar. Es también la razón por la que en Girona se ha propuesto modificar la Ordenanza Municipal para obligar a esterilizar a los PPPs.
Como veréis en el vídeo, el guapo Bentley asomaba la trufa por las redes sociales de esta protectora constantemente, disfrazado o jugando, siesteando o repartiendo besos... Incluso crearon una versión recortable del can para colocarla por diferentes sitios en la protectora.
Aún así, con todos estos esfuerzos, tardaron más de 1000 días en, por fin, conseguir que alguien se enamorara del can.
Ahora Bentely tiene a quien le quiera y con quien dormir estupendas siestas acompañado :-) Como dicen sus nuevos humanos, él ha hecho que su vida ahora sea mejor.
Hay incontables perros PPP que esperan encontrar una familia, una buena familia. Como Donut, entregado en El Campito porque "no se portaba bien".
O Iniesta, un abuelo deseando ser querido. Él está en Pontevedra, en Os Palleiros.