Peaches conoció a Williow cuando la niña nació y desde ese momento su amistad empezó a crecer y a afianzarse: ahora la perra, que es santa, no se separa de su pequeña humana, aguanta sus achuchones estoicamente y es feliz de compartir meriendas y juegos y siestas con Willow.
Sus risas, su complicidad y su felicidad son contagiosas y mejoran el día a cualquiera. Si queréis comprobarlo, mirad estos momentazos:
Para ver cómo ha ido evolucionando la relación entre las dos, The Dodo les ha dedicado este simpático recopilatorio de sus vídeos a lo largo de los dos años. Como un time lapse de una amistad imbatible que Willow no olvidará nunca.
Es bueno recordar que es muy importante supervisar cualquier interacción entre niños pequeños y perros, por muy bueno que sea el can, es la única forma de evitar sustos y disgustos. Por ejemplo, a los perros no les suele gustar ser abrazados y achuchados, aunque lo toleren en algunas circunstancias.
Podéis seguir sus nuevas aventuras en Instagram, claro
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