Esta es una de esas pequeñas grandes historias que dejan poso y también, aunque de manera agridulce, dan esperanza: muestran que hay personas buenas aquí y allá logrando que algunos perros tengan la vida que se merecen.
Esta podenquita, mayor y enferma, tuvo la enorme fortuna de poder disfrutar, y disfrutar mucho, de días soleados y felices junto a una fabulosa familia humana y perruna.
Su historia, con la que me he topado por casualidad, es la historia de una adopción generosa, la de una perra cuyo legado es inspirar a otras personas a adoptar perros senior.
Suri fue rescatada por Little Pod Association de la perrera de Valencia en 2014. Tenía problemas de salud, tumores, y ya era mayor. Ellos pensaron que Suri se quedaría en la asociación hasta el final de su vida... pero no, una "súper pareja" se enamoró de la perra y decidió adoptarla. (Podéis encontrar más información sobre ellos en instagram)
Tras la primera operación se descubrió que Suri tenía más tumores y que su esperanza de vida era muy limitada. En Little Pod pensaron, de nuevo, que esa familia ya no querría a Suri... y se volvieron a equivocar: la quisieron aún más.
Esta es la historia de los 146 días en los que Suri fue feliz y repartió felicidad.
Suri murió arropada y querida, con la familia que se enamoró de ella y la cuidó como ella necesitaba durante el tiempo que lo necesitó.
No la olvidarán jamás pero no sólo eso: su legado ha surtido efecto porque su familia adoptó a la podenca que fue su amiga en la prote, a Lucy.
Otra perra con problemas de salud que ahora parece más joven que cuando la rescataron, gracias al cariño de Joanna Roksz Weiss y su marido. Y conviven con otros tres perretes adoptados más.
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