Hasta uno de cada cuatro niños ha tenido ansiedad a causa del distanciamiento social, y muchos de ellos corren el riesgo de sufrir trastornos psicológicos permanentes, incluida la depresión, según un estudio de Save The Children. Esta realidad preocupa especialmente en los colectivos más vulnerables, entre los que se encuentran los menores tutelados que residen en Centros Residenciales de Acción Educativa (CRAE), de ahí la importancia de iniciativas como la impulsada por Fundación Affinity,
El confinamiento ha sido especialmente complicado para los menores tutelados que residen en Centros Residenciales de Acción Educativa (CRAE). No solamente han dejado de ir a la escuela, relacionarse con sus amigos y practicar deporte o actividades al aire libre. También han tenido que hacer frente a no ver a sus familias durante alrededor de tres meses y convivir todo el día en el centro, con los demás niños, jóvenes y educadores. Todo ello les ha afectado psicológicamente y también a su bienestar.
Para tratar de ayudar a estos niños y paliar los efectos negativos del confinamiento, Fundación Affinity ha impulsado un casal de verano lúdico-educativo en el que participan perros de terapia. Su objetivo es ofrecerles un apoyo emocional ante esta situación tan excepcional, favorecer que se expresen y sepan canalizar sus sentimientos y, en definitiva, contribuir de forma positiva a la vuelta a la normalidad, trabajando aspectos como la convivencia y su relación con los demás niños y educadores.
“Las ventajas de trabajar con los perros de terapia son innumerables, más aún en este contexto de desconfinamiento. Mediante el juego y las actividades con los animales, fomentamos la cooperación y el trabajo en equipo. Pero también abrimos la puerta a crear vínculos que, emocionalmente, nos reconfortan y ayudan a expresarnos”, explica Maribel Vila, responsable de Terapias de Fundación Affinity.
Durante cuatro semanas, las técnicas de terapia de la Fundación y sus perros acuden cada tarde al centro y realizan diversas actividades guiadas y al aire libre: paseos, adiestramiento canino en positivo, actividades deportivas y salidas lúdicas, como por ejemplo ir a la playa, juegos de agua, yincanas… con ellas, el equipo consigue trabajar aspectos tan importantes como son el trabajar en positivo, el respeto y relacionarnos de forma adecuada con los demás, saber gestionar la frustración y trabajar en equipo.
Uno de los centros que han querido participar en esta iniciativa es el Centro Residencial de Acción Educativa Les Vinyes, ubicado en Cerdanyola del Vallés (Barcelona). 10 niños, de entre 8 y 13 años, han sido los primeros en vivir esta experiencia. Y la acogida ha sido muy positiva.
“Estamos muy contentos con los cambios que vemos en los niños. Han pasado un confinamiento muy duro, especialmente porque no han podido ver a sus familias durante todo el confinamiento. La convivencia no ha sido fácil, pero hemos intentado que sea una oportunidad para ellos para establecer vínculos todavía más fuertes con sus compañeros y los educadores.
Este casal nos está ayudando a reforzar estos mensajes y actitudes positivas, a que se abran para expresar lo que sienten y dejar atrás los momentos más tensos que hemos vivido durante el confinamiento”, explica Claudia de Sandoval, educadora social del CRAE Les Vinyes.
“Es muy emocionante ver cómo los niños tratan con tanta delicadeza y cariño a los perros, y ver los cambios que experimentan de sesión a sesión: cómo cogen confianza con el equipo, cómo poco a poco se abren y explican cómo se sienten, e incluso la forma como se relacionan entre ellos. Es una experiencia muy enriquecedora, para ellos y para nosotros”, añade Maribel Vila.
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