"Tras dos escalas, destrozados dos transportines (…de los homologados por IATA ) y mucho estrés, finalmente llegué a destino sentado al lado de mi colega humano ….. no es tal difícil!!!", esto explicaba en sus redes Joaquín, tutor de GOS, un Braco de Weimar que ha sufrido varios incidentes serios al volar en la bodega del avión.
Y eso pese a hacerlo cumpliendo estrictamente con todas las normas y medidas de seguridad y llevando, como un necesario extra, este ilustrativo y genial cartel pegado en su transportín.
Es una verdadera ruleta rusa, no se sabe cuando irá todo bien o cuando sucederá algún accidente...
Compartimos lo que ha publicado Flytogether, la plataforma que lucha por cambiar la forma en la que los perros y otros animales viajan en avión, para intentar que este caso llegue aún más lejos.
Porque esta iniciativa es evidentemente muy necesaria, como dejan claro los constantes accidentes que afectan a perros que vuelan en la bodega del avión y porque la historia de cómo GOS llegó finalmente a volar en cabina tiene mucha miga y demuestra, tal y como dijo un pasajero al verlo, que ¡así es como tendrían que viajar todos los perros!
"Hoy queremos compartir los dos accidentes por los que ha pasado Gos, un Braco de Weimar de casi 4 años de de 26 kg, por culpa de volar en bodega entre la PENINSULA ESPAÑOLA y LAS ISLAS CANARIAS.
El primero en 2021 ☝️con @iberiaexpress ✈️ @iberia y el segundo, aún más grave, hace unos días con @binternt ✈️
IBERIA fue denunciada en su momento y BINTER lo será igualmente en poco tiempo.
Desde Flytogether queremos dar visibilidad pública a estos dos casos y que la gente conozca la realidad que se esconde detrás del transporte de animales domésticos en avión.
Historia de GOS parte 1:
En 2021 a lo largo de un vuelo de IBERIA EXPRESS entre la Península y las Islas Canarias, GOS llegó herido, con transportin roto, sangrando, traumatizado y lo peor, totalmente deshidratado, requiriendo asistencia veterinaria.
El vuelo tenía una escala de mínimo 90 minutos pero tuvo que esperar 3h. Debido a las altas temperaturas Joaquin solicitó verlo a la llegada a Madrid pero se lo denegaron. Le confirmaron que por protocolo siempre se les hidrata.
Al llegar a Lanzarote se encuentra con GOS con la mitad del cuerpo fuera del transportin, en shock, con laceraciones y deshidratado totalmente. No le habían dado nada de agua.
Joaquín denunció a la aerolínea que le acabó pagando una cantidad para cubrir el transportin roto y los gastos veterinarios pero en ningún momento aceptó ningún tipo de responsabilidad en el accidente."
Podéis escucharle a él contándolo en este vídeo:
Historia de Gos parte 2
Desafortunadamente Gos tuvo que volar de nuevo el mismo trayecto por razones familiares. y volvió a suceder.
Y no una vez sino dos!!
Resumiendo: A la llegada al aeropuerto de Tenerife, esta vez en un vuelo de @binternt proveniente de Santander, le comunican que su perro se encuentra suelto por la bodega. Joaquin pide subir a la bodega para calmarlo, se lo permiten pero al mismo tiempo el Jefe de Aeropuerto activa el llamado “Protocolo correspondiente”.Estupefacto se queda el padre de Gos cuando le explican que lo que significa es que como el perro salte de la bodega a la pista tienen permiso de “tirar a matar” (textual).⚠️⚠️⚠️⚠️
Una vez Gos a salvo, Joaquin se percata de que el transportin presentaba daños en la parte trasera, no estaba asegurado con ninguna red protectora, sino únicamente calzado con un par de maderas. Después de pedir explicaciones (aún le faltaba el vuelo Tenerife-Lanzarote) se concluye que nadie era responsable.
Y como si esto no fuera suficiente, a la mañana siguiente, en su segundo vuelo, vuelve a pasar lo mismo. Poco después de embarcar le comunican que GOS se había escapado del trasportin y se había refugiado en un espacio y estaba visiblemente asustado.
En este caso, por decisión aleatoria del piloto, les dejaron acabar su vuelo en cabina."
Esto explica por su parte Joaquín, el humano de GOS (podéis leer toda la historia en los comentarios de su publicación en instagram)
"Tras informar a la azafata y verificar visualmente que GOS se encontraba a bordo, me encaminé a mi asiento con la esperanza de disfrutar del vuelo. Sin embargo, aproximadamente diez minutos después del despegue, la azafata se acercó para informarme que GOS no estaba en la bodega. Me levanté de inmediato, me dirigí a la parte delantera del avión y comprobé que el transportín estaba dañado y vacío. GOS se había refugiado en un pequeño espacio cercano, visiblemente asustado. Al verme, se tranquilizó y pude asegurarle con su correa guía.
La azafata informó al comandante, quien autorizó que GOS y yo viajásemos en la cabina, junto al resto de pasajeros, durante los treinta minutos restantes del vuelo. Nos asignaron asientos en la última fila.Cabe destacar que, como anécdota, GOS caminó por el pasillo a mi señal, recibiendo caricias, algunos aplausos de los pasajeros y un pasajero que expresó en voz alta "asi deberían viajar todos los perros"
GOS llegó a su asiento asignado, contempló el azul del mar y se recostó sobre mi regazo. Deseo expresar mi agradecimiento al comandante y, en especial, a las azafatas, quienes demostraron una atención excepcional tanto hacia mí como a mi compañero de cuatro patas.
En conclusión, insto respetuosamente a Binter Canarias y resto de las compañías aéreas, que reconsidere y modifique sus protocolos para permitir que los perros, y otras mascotas, puedan viajar en cabina junto a sus dueños. Es crucial reconocer que no son simples objetos, sino seres vivos que experimentan emociones y sensaciones."
Una imagen que, efectivamente, da esperanza... ojalá pronto los perros puedan viajar de otra manera cuando tienen que viajar en avión.
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