Starski, Hutch, Sabrina, Jill, Kelly, Everest, Beckett, Scully, Wilows, Clarise y Sophie:así han bautizado a los chihuahuas que han sido rescatados por la Policía Nacional, todos ellos estaban en una vivienda de Meco, Madrid, un criadero ilegal que llevaba, según parece, años funcionando así. Esta es una de las muchas razones por las que es primordial visitar a un criador cuando alguien elige comprar un perro en vez de adoptar: es la única manera de asegurarse de que no se está fomentando este tipo de negocios que no tienen en cuenta el bienestar de los animales sino solamente el dinero que pueden sacar de ellos.
Agentes de la Policía Nacional, con la colaboración de la Policía Local de Meco, han desmantelado un criadero ilegal de chihuahuas en una vivienda de esa localidad madrileña. La investigación se inició el pasado mes de enero, tras recibir una denuncia anónima que alertaba del riesgo al que estaban sometidos los perros y de las molestias ocasionadas a los vecinos por los ruidos y los olores.
Tras varias gestiones, los agentes constataron que disponían de una página web y varios perfiles en redes sociales donde ofertaban tanto los animales como los complementos necesarios para su cuidado. Además, afirmaban que contaban con una experiencia de más de veinte años en la cría familiar de este tipo de animales.
En una primera inspección, los agentes constataron que en ese inmueble se encontraban numerosos animales encerrados que desprendían un fuerte olor hacia el exterior y, además, se escuchaban los ladridos continuados de los perros con las molestias que ello ocasionaba a los vecinos.
Junto a la Policía Local de Meco, los investigadores comprobaron que el domicilio carecía de autorización de núcleo zoológico, por lo que no se encontraba habilitada para la cría y tenencia de animales. Los vecinos de la zona confirmaron a la Policía que los investigados llevaban años dedicándose a la venta de perros, y avisaron de que existía un gran trasiego de gente que acudía con trasportines de animales.
Hace pocos días, y tras tratar de contactar con los residentes de esa vivienda en diferentes ocasiones, los agentes detectaron cómo los investigados intentaban sacar a los perros del domicilio. Fue en ese momento cuando se procedió a la intervención de los doce animales, todos ellos de la raza chihuahua, además de seis trasportines (en cuyo interior estaban los doce perros) y diecisiete jaulas de transporte de animales.
En estos momentos, la investigación sigue abierta por un delito continuado de maltrato animal.
Y los canes están a salvo: han sido trasladados hasta una protectora de animales donde han sido bautizados con los nombres de Starski, Hutch, Sabrina, Jill, Kelly, Everest, Beckett, Scully, Wilows, Clarise y Sophie, todos nombres relacionados con la Policía.