Kaley Cuoco y su marido son una de esas parejas extra guau que están mucho más felices cuando a su vera hay varios perros. Kaley fomenta la adopción siempre que puede y en sus redes sociales aparecen incontables canesque buscan un buen hogar. Ellos convivían con cuatro hasta ayer cuando tuvieron que despedirse de Norman, el perro del alma de Kaley. Y esto, meses después de haber tenido que despedirse de otra de sus perras adoptadas, una viejita llamada Petunia.
Tener perro, querer a un perro, significa saber que ese ser no podrá evitarlo, te romperá el corazón en mil pedazos. Lo sabemos todas las personas que hemos querido y perdido a un can. Es una tristeza infinita que resuena cada vez que ves a alquien pasar por lo mismo, aunque nunca sea lo mismo y siempre duela.
Norman, su compañero constante a lo largo de 14 años:
Del que se ha despedido públicamente así: 💔 un dolor en lo más profundo de mi ser, tan brutal que no sabía que pudiera existir. Norman, has sido todo mi mundo durante 14 años. Gracias por sonreirme mientras te ibas de este mundo, confirmándome una vez más que nuestro idioma era solo nuestro. Siempre tendrás mi corazón. 💔
El pasado mes de noviembre este fue el post que compartió Karl Cook, marido de Kaley Cuoco, para decir adios a Petunia, la perra que habían adoptado siendo ya mayor y que pudo recibir su cariño durante solo unos meses:
"Después de una vida de incalculable soledad y dificultades, estás descansando. Por eso soy feliz. Darle todo, eso es lo que hicimos mejor que nadie tras adoptar a Petunia. Está descansando en paz, con la puesta de sol de todos los días para calentarla. Eso es lo que más importa. Petunia, no es la cantidad de tiempo que pasamos juntos, es su efecto sobre el alma. Y tú afectaste a todos lo que te conocieron. Eres para siempre mi viejita 😭😘😍 Ya te estoy echando de menos, duerme mi dulce ángel ❤️❤️❤️
También la hermana de Kaley se ha despedido de Norman con enorme cariño. Qué momento tan duro, por muy inevitable que sea.
Te puede interesar