No saben qué le habría pasado a Weezy para tener tanto, tantísimo miedo, cuenta The Dodo: alguien dejó a esta Galga Italiana en una protectora de Alberta y la primera familia que la adoptó la devolvió al día siguiente: la perra estaba aterrorizada y se asustaba por todo. Por un juguete, ¡literalmente hasta por una mosca! Su pasado no debió de ser nada bonito, eso está claro.
Pero Weezy tuvo suerte, alguien decidió darle otra oportunidad. Sabiendo que había una pequeña perra muerta de miedo en la protectora, Sarah Mavro no lo dudó: condujo tres horas y allá que se fue a por Weezy. Ella la adoptó y apostó por cuidarla y lograr que olvidara sus miedos.
Descubrieron que sus dientes estaban en muy mal estado y tuvieron que quitarle todos menos dos, por eso ahora su lengua suele asomar de su boca. Paciencia, tiempo, cariño... con estas tres "herramientas" Weezy fue mejorando poco a poco.
Sigue siendo tímida, sobre todo con gente que no conoce. Y tardó tres años en ladrar por primera vez, cuentan en Bored Panda.
Pero no ha tardado ni un momento en enamorarse de su nuevo hermano humano, Evan.
El churumbel tiene ya siete meses pero desde que llegó a la familia, Weezy se mostró fascinada por él.
Y es mutuo, ya lo veis: Evan está igualmente fascinado por su compi perruna. Juntos y tan contentos, siempre con supervisión adulta para que el bebé no lastime a Weezy, algo realmente importante.
Es como si la llegada de Evan a la familia fuera el paso final para que Weezy se relajara y dejara atrás sus miedos. Ambos están aprendiendo, a marchas forzadas, lo que es la delicadeza y la ternura.
Nada como seguir sus maravillosas nuevas aventuras en su instagram, hay vídeos que derretirían al mismísimo Donald Trump y conseguirían que se volviera perruno.
