Una de las (muchas) cosas buenas de los mestizos es que son siempre únicos: sobre todo si adoptas a un cachorrote, no sabes a ciencia cierta cómo será cuando crezca. Y es lo que le ha pasado a la familia de Inara, porque vaya si esta perra ha crecido, o más bien ¡hay que ver cómo ha evolucionado de rápido una parte de su anatomía!
Cuando fue adoptada, Inara era esta bolita de pelo negro... Según la protectora ella era una mestiza de Golden Retriever, le ha contado su familia a Rover.
En su nuevo hogar demostró que tenía ganas de crecer y seguir echando barrigota y patazas...
Pero, sobre todo, orejas, que desde el comienzo parecían tener vida propia. ¡Para oírte mejor, humana!
Sip, unas señoras orejas en condiciones para una señora perra feliz. Lo más probable es que sea una mestiza de Pastor Alemán pero a su familia le da igual, están encantados con ella sea como sea.
Y es que Inara tiene, posiblemente, las orejas más sexy del mundo :-)
Es fantástica, ¿no os parece?
Eso sí, la pobre Inara ¡lo tiene complicado para jugar al escondite!
Esto es como el reto de los 10 años pero en versión orejas felices :-)
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