En el episodio del Podcast de Hoy en El País dedicado a los perros de caza resumen de manera muy superficial el tema que trataron con más de detalle en el periódico. En el podcast podréis escuchar a responsables de Galgos del Sur explicar cómo se hacen cargo de los desechos de los cazadores. Perros que llegan a esta protectora andaluza en mal estado, canes que muchas veces son entregados por sus anteriores dueños, o llevados a la perrera de Córdoba, pero también abandonados de muy mala manera o de los que solo se encuentran sus huesos.
También podréis escuchar a un veterinario cazador y al delegado de la Federación Andaluza de Caza en Córdoba: según ellos, el maltrato o el abandono de perros de caza, si sucede, es algo muy minoritario. Según ellos, es un mito del pasado. Cuesta demasiado trabajo y dinero sacar adelante a un buen perro de caza para abandonarlo, incluso si está herido. Según ellos, sus perros se mueren de viejos.
Lo que no sabemos es de dónde salen entonces, según ellos, los cientos de perros de caza que recogen las protectoras que están en Andalucía y en otras zonas de España. Porque no es solo Galgos del Sur, claro, está Fundación Benjamín Mehnert en Sevilla y Galgos del Sol en Murcia, por citar solo dos de las más grandes.
Galgos, Podencos y muchos otros canes que son localizados tratando de buscarse la comida y la existencia como pueden, o que malviven en sitios sin casi luz o agua. No sabemos, según los cazadores, si todos estos perros surgen de la nada porque lo que es evidente es que existen: son acogidos, cuidados, alimentados y hasta rehabilitados en las protectoras.
Porque algunos perros de caza tienen la buena fortuna de ser rescatados para dejar de ser perros de caza y convertirse en perros de casa. Y eso que, según los cazadores, los perros que viven en casas están posiblemente maltratados porque no se respeta su naturaleza canina.
Hace unos días desde Galgos del Sur se hicieron cargo de 28 Galgos y Podencos que estaban viviendo en unas condiciones deplorables, estresados y aterrados.
Estos perretes han pasado sus primeras navidades a salvo, así. El cambio es (felizmente) radical. Todos ellos serán pronto perros de casa y podrán seguir siendo felices, tanto en los sofás como en el campo, porque tendrán familias que cuidarán de ellos.
PD SI queréis echar una pata a Galgos del Sol, para que puedan seguir haciendo lo que hacen tan bien, podéis ver cómo ayudar aquí, en su web.
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