La historia de Louis te deja con la boca abierta y, al final, con una gran sonrisa en la cara. Es impresionante ver la suerte que ha tenido este pequeño can, porque fue rescatado en unas condiciones terribles y porque ha aterrizado en una familia que ha sabido darle el cariño y los cuidados que necesitaba para volver a ser perro, a estar a gusto y a contagiar felicidad a quien más lo necesita, una cualidad perruna indiscutible.
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Lo veréis en el vídeo, cuando un voluntario de Michigan Humane Society rescató a Louis era una bola de pelo con heridas: un can del que nadie se había ocupado, al que no habían querido, que estaba sufriendo.
Desconfiaba de los humanos, lógicamente, pero poco a poco su historia fue cambiando.
Sobre todo cuando llegó a su casa de acogida, donde todos se enamoraron del pequeño Louis. No tardaron nada en "formalizar su relación" y adoptaron al can, que había forjado una amistad muy especial con el padre de Mandy, su nueva humana, un hombre mayor que sufre demencia...
The Dodo ha entrevistado a Mandy y a su padre, a quien el can realmente ayuda: Le calma, de alguna manera le ayuda también a disfrutar del presente. Es un vínculo tan tierno como fabuloso y es una pasada verles juntos, ¿verdad?
