David Ordóñez, responsable de Perruneando, lleva años dedicado a la educación canina y a las intervenciones asistidas con animales: le apasiona el mundo de los perros, compartir información, enseñar y, por encima de todo, mejorar el bienestar de los perros, su relación con las personas y su intergración en la sociedad.
En el verano de 2022, los equipos de Perruneando han impartido clases de educación para personas perrunas primerizas, en colaboración con Elanco, en diversas ciudades españolas.
Ha sido una experiencia útil e interesante a muchos niveles y por eso he querido charlar un rato con David para compartir algunos de los temas que se han abordado durante esas clases prácticas. Uno de los más importantes es, sin duda, el olfato. Los beneficios de fomentar el olfateo en los perros.
Podéis escuchar la charla completa en este vídeo y, a continuación, resumimos los consejos y reflexiones compartidas por David Ordóñez:
¿Qué beneficios tiene fomentar el olfateo en nuestros perros?
Los perros tienen un lóbulo olfativo mucho más desarrollado que el nuestro: necesitan una cantidad de recursos y de energía considerable para gestionar la información que le llega a través del olfato. Esto ya nos dice que cuando el perro está empleando el olfato hace un gasto energético.
Es por ello que el trabajo de olfato puede ser sustitutivo de la actividad física. Es un recurso particularmente útil en días mucho calor, de mucho frío o cuando llueve: si se acortan los paseos puedo plantearle a mi perro juegos de olfato en casa para contrarrestar.
Es lo más natural que puedas trabajar con tu perro pero hay que entrenarlo: por supuesto que nuestro can siempre utilizará el olfato pero como es una actividad que implica tantos recursos, tanto esfuerzo mental, tenemos que fomentarlo.
Es beneficioso justamente porque el acto consciente de usar el olfato junto con el análisis de toda esa información hace que el perro tenga que concentrarse a tope en esta tarea, dejando de prestar atención a estímulos externos diversos (cosas que le asustan, por ejemplo, o sencillamente una visita que ha llegado a casa...)
Suele ser, además, una actividad favorita: les suele gustar mucho por lo que otro beneficio es que a través de los juegos de olfato puedes fortalecer el vínculo con tu perro y si además lo asocias a comandos para iniciar y terminar la actividad, también fomentas el código de comunicación con tu can.
Para perros senior es muy beneficioso también para su estimulación mental...
Los beneficios son tantos, dice David, que no hacerlo, que no fomentar el olfateo, es como atentar contra el bienestar del perro.
¿Cómo fomentar el olfateo?
Los perros también aprenden y conocen el mundo a través del olfato. Su mundo perceptual tiene mucho que ver con la información que le llega a través del olfato.
Para que nos entendamos, explica David, nuestros recuerdos suelen estar asociados a imágenes porque nosotros somos eminentemente visuales. Pero los perros, aunque también puedan tener recuerdos de este tipo, suelen tener recuerdos a través del olor, algo que a nosotros solo nos pasa de cuando en cuando -a través de la comida, de algún perfume...
Lo más probable es que los perros construyan su aprendizaje y su mundo en torno al olfato. Por eso desde que son pequeños es tan importante fomentar que puedan olfatear (y no pegarles tirones cada vez que se paran a olisquear algo...)
¿Cómo? Pues, para empezar, permitir que huelan todo el rato que quieran cuando van por la calle, en la medida de lo posible. Si hablamos de cachorros que aún no tienen todas las vacunas entonces habría que buscar lugares que estén relativamente limpios pero a partir de ese momento, a olfatear al máximo.
Les servirá para cimentar ese reconocimiento del mundo, va a hacer que sea más adecuado emocionalmente que un reconocimiento visual: ellos ven de forma diferente a nosotros, su olfato es más fiable que su vista.
¿Cómo se conocen los perros? A través del olor, van tomando información olfativa de sus congéneres. Esto lo tengo que promocionar...
Si voy paseando con correa, tengo que dejar a mi perro que olfatee. Si tengo un problema con que se come cosas del suelo entonces debería trabajar para enseñar al perro a rechazar comida o lo que haya en el suelo. Pero si no, ¡vamos a dejarle libremente que olfatee!
Hay que pensar en la calidad del paseo, no la cantidad. Es mejor un paseo de 500 metros en una hora que un paseo de 5 ó 6 km en una hora.
¿Por qué lo prefiero? Pues porque eso me está determinando que el perro ha podido ir reconociendo el entorno, usando el olfato. Si recorremos 5 km en una hora quiere decir que vamos deprisa, que el perro no podrá explorar.
¿Cómo plantear el trabajo de nariz? ¿Cómo enseñarle a un perro "el juego" de buscar comida?
Tenemos que utilizar chuches o pienso o comida que le guste realmente a nuestro perro -siempre de calidad- porque si no, no tendría ningún incentivo para ponerse a buscarlo, por lógica.
Hay que plantearlo en un área acotada y que esté limpia: si estamos fuera en algún césped que esté medianamente limpio y si es en casa en una alfombra de olfato.
Como para cualquier otra actividad o juego, es útil tener un comando de inicio y otro de fin, para que el can sepa cuándo vas a jugar y cuándo se ha acabado ya la actividad (y pueda dejar de buscar, en este caso).
Si es un perro que no ha buscado nunca, las primeras veces hay que ayudarle todo lo que sea necesario. Puedes mostrarle, señalar incluso uno a uno los sitios donde está la comida.
Y le decimos "busca" y, cuando escuchemos que está olfateando, entonces le decimos "muy bien", con tranquilidad. Así le estamos explicando al perro lo que queremos que haga, le estamos explicando el ejercicio al "marcarle" con ese "muy bien" cuando escuchemos que está realmente olisqueando.
Esto es importante porque si el perro está buscando con la vista y no con el olfato, entonces no estará obteniendo los beneficios que buscamos, más bien conseguiríamos el efecto contrario, nos explica David.
Si, por ejemplo, tú le tiras las chuches en casa, sobre el suelo, es muy probable que las busque y se las coma, claro, pero sin utilizar apenas el olfato: se estará guiando por la vista.
Al utilizar la vista estaríamos hablando de un procedimiento de activación en vez de uno de calma. Es como si fuera un perro de caza: esa búsqueda a través de la visión es un comportamiento activante, no relajante.
Si lo inicias en casa, hay que esconder bien las chuches, no dejárselas a la vista. O, si no puedes esconderlas, pues apagar la luz para que realmente tenga que buscarlas con la nariz...
Y si decides utilizar juguetes inteligentes de los que utilizan chuches, siempre progresivamente. No se lo pongas muy difícil al comienzo, enséñaselo para que vea cómo fuciona.
Puedes ponerlas al principio solo en el suelo y luego ir añadiendo niveles, ponerlas también más altas... La progresividad es la clave. Sin saltos grandes de nivel. Que sean retos progresivos y divertidos.
También puedes hacer juegos de olfato cuando vas paseando por el campo: coges un palo, te lo guardas un rato en el bolsillo y lo tocas para que coja tu olor, y se lo tiras para que lo busque. O lo colocas en alguna zona donde haya más palos, para que localice el que tú has tocado. Igualmente con la pelota, en vez de tirársela todo el rato, la puedes esconder para que la busque.
Hay multitud de ejercicios posibles -aquí podéis encontrar unos cuantos- pero lo que es crucial es verificar siempre que nuestro can esté realmente buscando con la nariz, que no "haga trampas" buscando con la mirada.
Si te gustaría tener más información sobre cómo crear juegos de olfato para tu perro, si crees que podría beneficiarle para reducir su estrés o fomentar su bienestar, te recomendamos que contactes con educadores caninos que trabajen de manera respetuosa con el bienestar animal (como todos los equipos de Perruneando) o con etólogos profesionales.
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