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La importancia de evitar que el estrés crónico en perros en protectoras lleve a una "generalización del miedo"

La importancia de evitar que el estrés crónico en perros en protectoras lleve a una

Última actualización del articulo el día 08/09/2024

Los perros en las protectoras suelen estar expuestos a altos niveles de estrés debido a factores como ruidos fuertes, el propio entorno o la ausencia de referentes humanos constantes puesto que las personas a su alrededor van cambiando.

La Dra. Lisa Radosta, reconocida especialista en comportamiento veterinario, explica en una interesante charla para Maddie's Fund que el estrés crónico puede llevar a una "generalización del miedo",es decir, que el miedo a un estímulo específico, como un ruido, se extiende a otros estímulos, lo que complica el tratamiento de la fobia al ruido incluso tras la adopción.

La Dra Radosta hace hincapié en la importancia de capacitar a las personas voluntarias en las protectoras para identificar correctamente los signos de miedo, estrés y ansiedad en los animales.

Esto es crucial porque los perros de protectora, al estar expuestos a múltiples factores estresantes (como ruidos fuertes, cambios constantes de cuidadores y el entorno impredecible), pueden mostrar señales de malestar que pueden ser malinterpretadas o pasadas por alto.

Hay diversas estrategias que se pueden poner en práctica para reducir el estrés en perros de protectora -consejos que, sin duda, también son útiles para cualquier tutor canino que acabe de adoptar o cuyo perro tenga algún tipo de miedo a los ruidos fuertes.

 

Signos de miedo, ansiedad y estrés en perros:

Radosta menciona algunos signos que los cuidadores deben aprender a reconocer para actuar a tiempo:

  • Postura corporal: Un perro que tiene miedo puede encorvarse, bajar la cabeza, retraer la cola entre las piernas, o adoptar una posición rígida.
  • Expresiones faciales: Los ojos muy abiertos, orejas hacia atrás, y el lamido frecuente de labios pueden ser indicativos de ansiedad.
  • Comportamientos evasivos: Intentos de escapar, esconderse o evitar el contacto humano pueden ser una clara señal de miedo.
  • Señales más sutiles: Como bostezar repetidamente sin estar cansado, rascarse sin motivo aparente, o incluso temblar.
  • Vocalizaciones: Los ladridos agudos, los gemidos o gruñidos pueden expresar incomodidad o miedo en situaciones de estrés.
  • Reacciones exageradas ante ruidos: Saltar, ponerse en alerta o huir cuando escuchan un sonido fuerte, como truenos o fuegos artificiales, es un signo típico de fobia al ruido.

Importancia de la consistencia en los cuidadores:

La variabilidad en los cuidadores (cambio frecuente de personas a cargo) puede afectar a los perros, pues esto altera la rutina y aumenta el estrés. Lo ideal, al menos, es que haya una formación uniforme entre los cuidadores, para que todos puedan detectar estos signos de manera efectiva y aplicar las mismas estrategias de manejo de comportamiento.

Estrategias para mejorar la identificación:

Radosta destaca la necesidad de crear un ambiente en el refugio que ayude a los cuidadores a observar detenidamente el comportamiento del perro en diferentes contextos:

  • Observar cómo los perros reaccionan cuando están solos y en compañía.
  • Prestar atención a cómo responden a los ruidos ambientales, a nuevas personas, y a otros animales.
  • Mantener registros detallados de los comportamientos de cada perro para identificar patrones de estrés o ansiedad.

Es decir, es importante capacitar a las personas voluntarias para que sean capaces de leer estos signos de malestar en los perros para intervenir antes de la adopción.

Además de diversas propuestas de medicamentos, esto es lo que propone en su charla la veterinaria para mejorar la experiencia de los perros en las protectoras o perreras y evitar que sufran estrés crónico:

Creación de un espacio seguro para los perros

Una de las recomendaciones principales es proporcionar un "refugio seguro" dentro del entorno de la protectora. Este espacio debe ser un lugar tranquilo donde los perros puedan retirarse cuando se sientan estresados o asustados, especialmente durante eventos de ruido fuerte como tormentas o fuegos artificiales. Los espacios seguros pueden incluir:

  • Habitaciones aisladas o áreas con menos ruido, alejadas de las zonas ruidosas de la protectora.
  • Cajas o jaulas cubiertas con mantas para reducir estímulos visuales y auditivos.
  • Zonas de escondite donde los perros puedan sentirse protegidos.

Reducción de ruidos en el entorno

Es importante minimizar los ruidos fuertes dentro de la protectora siempre que sea posible, ya que estos pueden contribuir a la fobia al ruido. Algunas formas de reducir el ruido incluyen:

  • Usar paneles de insonorización en las áreas más ruidosas.
  • Ubicar los perros más sensibles en áreas más silenciosas.
  • Proporcionar sonidos ambientales calmantes, como música clásica, que puede ayudar a bloquear los ruidos intensos del entorno.

Uso de música relajante

La música clásica o sonidos relajantes pueden ser beneficiosos para ayudar a los perros a lidiar con el miedo y la ansiedad. De hecho, sugiere que la música puede ayudar a aproximadamente el 70% de los perros con fobia al ruido. Esta técnica funciona creando un ambiente más tranquilo, reduciendo así el estrés causado por los ruidos inesperados de la protectora o del exterior.

Juguetes interactivos y enriquecimiento ambiental

El enriquecimiento ambiental es otra estrategia crucial que Radosta recomienda para reducir el estrés crónico en los perros de protectora. Esto implica ofrecer actividades que mantengan a los perros mentalmente estimulados y físicamente activos:

  • Juguetes dispensadores de comida, como los Kong rellenos, que pueden mantener a los perros ocupados y distraídos de los ruidos externos.
  • Juegos de búsqueda o actividades que fomenten el uso de su olfato.
  • Tareas interactivas que ofrezcan recompensas, como rompecabezas que los perros pueden resolver para obtener comida.

Refuerzo positivo durante eventos ruidosos

Radosta también sugiere que los cuidadores utilicen el refuerzo positivo para ayudar a los perros a asociar los ruidos con experiencias agradables. Esto puede incluir:

  • Dar chuches o juguetes especiales cuando ocurra un ruido fuerte, como truenos o fuegos artificiales.
  • Jugar con los perros durante los momentos de ruido para desviar su atención y crear una asociación positiva con el evento.

Mantener una rutina constante

La consistencia en la rutina diaria es clave para reducir el estrés en los perros, los canes se sienten más seguros cuando tienen una rutina predecible, tanto en términos de atención por parte de los cuidadores como en su entorno. Esto incluye:

  • Horarios regulares para paseos, alimentación y tiempo de descanso.
  • Interacciones coherentes y estables con los cuidadores, minimizando los cambios abruptos de personas a cargo.

Evaluación de la salud física para detectar dolor subyacente

Radosta destaca que el dolor físico, especialmente en perros mayores, puede aumentar su ansiedad y disminuir su tolerancia al ruido. Por lo tanto, es importante que los cuidadores estén atentos a signos de dolor, como cambios en la postura, cojera o rigidez muscular, incluso si no son evidentes de inmediato.

Si los perros están sufriendo dolor crónico, reducirlo puede ayudar a disminuir su ansiedad general.