Es una historia real, sucedió en Ciudad del Cabo: una perra recibió un disparo en una pata, un disparo que iba dirigido a su familia. Ella impidió que el hombre armado que había entrado en su casa les hiciera daño: perdió su pata pero salvó al menos una vida. Ahora su historia la cuentan desde la SPCA del Cabo de Buena Esperanza, ellos fueron los que se hicieron cargo de la operación de esta perra cuyo nombre real no es Myra, como reza el título del vídeo: se lo han cambiado, igual que el de todos los otros protagonistas de la historia, por su seguridad.
Myra no es ni grande ni agresiva pero cuando su familia estaba en peligro, no lo dudó, explican en el texto que acompaña a este vídeo.
En agosto de 2015 un hombre entró en su casa y mató de sendos disparos a los padres de la casa. Cuando iba a disparar contra los hijos, Myra se interpuso en el camino de la bala...
La perra necesitó atención veterinaria urgente pero su familia no estaba en condiciones de pagar esos cuidados médicos. Por eso recurrieron a un servicio de la SPCA que ayuda a personas sin recursos.
Gracias a sus cuidados Myra -bueno, la perra que no se llama Myra- sobrevivió y pudo volver a casa, con los hijos de la familia a los que había protegido.
Los testimonios que escucharéis en el vídeo son de los protagonistas de la historia, de la historia de una perra que malvivió en la calle, fue acogida por una familia y perdió una pata por salvarles a ellos, demostrando su fidelidad y lealtad.
Aquí, en el facebook de la protectora, podéis ver las imágenes de la verdadera heroína.
Y también anunciaron que Hills se comprometió a alimentar al can durante el resto de su vida :-)