Alepo, Damasco, Líbano... si este can pudiera hablar, tendría una historia increíble que contar. Su hogar en Alepo fue bombardeado y la mitad de su familia logró escapar de Siria y llegar a Canadá, donde han sido acogidos como refugiados. Pero tuvieron que dejar atrás a parte de la familia, incluyéndole a él, a Fox.
Pero entonces, ya a salvo en Montreal, uno de los hijos se puso en contacto con SPCA Internacional, les envió este mensaje: “Nos fuimos de Siria de un día para otro con mi hermano y mi madre pero tuvimos que dejar allí a nuestro querido perro Fox. Está en Alepo. Le dejamos con mi padre en una zona muy peligrosa llamada Syrian El-Jadideh. Por favor, ayudadnos a traer a Fox a Montreal, mi madre se pasa el día llorando, está muy preocupada por Fox."
El milagro no ha sido fácil, han tardado tres meses en lograr organizarlo y en poder reunir los fondos necesarios para hacerlo posible. Hace unas semanas, por fin, ha sido posible.
Con ayuda de colaboradores locales, coordinándose con voluntarios en Siria y Beirut, han conseguido que Fox pueda emprender un viaje largo y complicado. Este es el (emocionante) momento de la reunión.
Fox no puede estar más contento, como veréis, y su familia... igual.
El padre de la familia ha tenido que quedarse en Siria para cuidar de su propia madre, muy mayor, según explican desde la SPCA.
Y así está Fox ahora: ha hecho nuevos amigos, le han cortado el pelo y comprado una chaqueta perruna contra el frío canadiense :-)
A salvo, tranquilo y feliz.