Muchas organizaciones en el Reino Unido están tratando que el Parlamento modifique el actual Dangerous Dogs Act, la ley que regula la tenencia de perros potencialmente peligrosos. Salvo PETA, que está a favor, desde el Kennel Club a Dogs Trust o Blue Cross, las protectoras más grandes del país, han hecho campaña para intentar acabar con la legislación que solo tiene en cuenta el aspecto de un perro.
Y es que en el Reino Unido la cuestión es particularmente dramática puesto que hay ciertas razas y sus cruces que están prohibidas,condenando a muerte a cualquier can de este tipo que entre en una protectora: no pueden ser adoptados, es ilegal, solo pueden ser sacrificados.
Aunque sean equilibrados, simpáticos y bonachones, como Duncan. O Kane, O Dobby, una perra que había sido usada para criar toda su vida y luego abandonada, y que también tuvo que ser sacrificada por ser de una de las razas prohibidas.
Un verdadero drama para todos, incluyendo a los voluntarios de las protectoras y a los veterinarios que se ven obligados a cumplir esa ley tan injusta y, sobre todo, tan irreal e ineficaz puesto que no ataja el problema, no es efectiva para controlar las mordeduras caninas.
Son las historias que comparten desde Blue Cross para concienciar sobre la injusticia que se está cometiendo con muchos perros. Una de ellas, en particular, te rompe el alma, la de Jordan y su perra Keelo, cuyo carácter cambió por completo cuando le confiscaron al can y la mantuvieron aislada en un chenil durante semanas...
Ese es el proceso que se da si alguien te denuncia o algún policía decide intervenir al ver a tu perro: no hace falta que haya hecho nada, te pueden confiscar a tu perro sencillamente por su aspecto. Entonces tú puedes solicitar una orden de exención para que no maten a tu can: si es aprobada, tu perro te será devuelto siempre que viva bajo ciertas restricciones (llevar bozal e ir con correa siempre en cualquier lugar público; no pueden correr libres en ningún parque, etc.)
Durante el proceso de exención, muchos perros deben permanecer en perreras, donde tienen poca o ninguna interacción con personas u otros perros. Esto puede tener un impacto negativo en el bienestar, la salud mental y el comportamiento de algunos perros, lo que puede tener consecuencias devastadoras como explica Jordan Ward en la web de Blue Cross: "Keelo era una perra bien socializada antes de ser capturada y colocada en la lista de exenciones a los dos años de edad. Pasó 17 semanas en perreras con poca o ninguna interacción con nadie... A partir de ese momento, cuando volvió a casa, empezó a ladrar a gente por la calle, luego a mostrarse ansiosa en todo tipo de situaciones. Empezó a ladrar y a lanzarse contra los que llegaban a casa y al final hubo una pelea con el otro perro de Jordan, al que véis en la foto, que causó lesiones graves a ambos canes.
"Después de este incidente, tuve que tomar la decisión más difícil de mi vida y tuve que practicar la eutanasia a Keelo."
Otra víctima de una legislación profundamente fallida e injusta que muchos, en todo el mundo, luchan por cambiar.
Esto es lo que indican desde el Kennel Club Británico, disipando mitos en torno a los Pit Bulls:
"La legislación en función de la raza ignora los factores más importantes que contribuyen a los incidentes de mordeduras, principalmente el comportamiento antisocial de las personas que entrenan a sus perros para que sean agresivos o las personas irresponsables que no educan y entrenana sus perros adecuadamente. En consecuencia, la legislación actual basada en la genética que ignora la influencia del guardián del perro no ha logrado evitar una gran cantidad de incidentes de mordeduras de perros y le ha costado a la policía millones de libras esterlinas en costes asociados. Lamentablemente, también ha resultado en la eutanasia innecesaria de perros simplemente por su raza o tipo.
Ninguna raza de perro es intrínsecamente peligrosa. La investigación científica ha demostrado que el pit bull terrier y las razas relacionadas no son fisiológicamente diferentes de cualquier otra raza de perro.El Dr. Lehr Brisbin en la Universidad de Georgia ha demostrado que la estructura esquelética de la mandíbula pit bull terrier no es diferente de la de cualquier otro perro con respecto al "bloqueo mandibular"; simplemente tienen mandíbulas fuertemente musculadas en común con muchas otras razas."