Como siempre, al hablar de perros y niños pequeños recordamos que la supervisión es clave para evitar sustos. Por muy buenazo que sea un can, por mucho que nunca haya pasado nada, es importante tener claro que un adulto debe estar presente siempre que estén interactuando. Y dado que esto puede ser complicado a veces, otra sugerencia de los expertos es que en casa exista alguna zona en la que el perro pueda estar tranquilo / comer / dormir donde nadie le pueda molestar, tampoco los niños de la famillia.
Gemma es una Pitbull guapa y cariñosa que "se ocupó" de su pequeño humano, Elliot, desde que él nació.
Como veréis en el genial vídeo que les ha dedicado The Dodo, Gemma y Elliot se acostumbraron rápido a estar pegados el uno a la otra.
Por eso mismo ella se quedó un tanto triste cuando Elliot ya pudo ir a la guardería... pero en ese momento llegó Boops, el gatete.
Esta familia tiene la costumbre de ejercer de casa de acogida para pequeños mininos todos los años, normalmente cuidan de ellos una temporada y luego los dejan ir. Pero con Boops no pudieron, Boops llegó para quedarse... para alegrarle los días a Emma y para pasárselo en grande también con Elliot. El trío es zampable.
Y sin duda su historia sirve para concienciar a muchos niveles sobre la injusta fama de los Pit Bulls o los PPP: lo que importa no es su raza, es su educación.
Podéis seguir sus idas y venidas en instagram...
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