Gran lección la de Dana y enorme la que la escritora y periodista Pilar Eyre ofrece a través del texto que ha compartido en sus redes sociales. Ojalá se haga viral porque contiene muchos mensajes importantes, empezando por la generosidad demostrada al adoptar a un can senior y con achaques cuyos dueños habían fallecido, una situación que es, por desgracia, cada vez más frecuente. Eyre lo explica mejor que nadie: "Ha aprendido a quererme cuando ya era una ancianita y es que el corazón, aunque sea perruno, nunca envejece"
"Hace un año recibí este WhatsApp: "Pilar, su dueña se ha muerto y los hijos no la quieren. Es una caniche pequeña y tiene 15 años. ¿Puedes dar voces?"."
"En la foto se veía una carita peluda, dos ojos como botones, un jersey viejo azul desvaído. Yo tenía a Fender pero cuando me dijeron que había muy pocas posibilidades de que nadie quisiera a Dana, porque además era sorda y estaba ciega, me la quedé (después de llamar a los hijos de su dueña fallecida muchas cosas feas).
Estuvo un mes sentada en su camita de cara a la pared sin apenas comer. Poco a poco empezó a explorar la casa, ante los ojos furibundos de Fender, el príncipe destronado, y empezó a comer más... Un día se puso de patas para que la cogiera en brazos..."
"En verano, en Llafranc, se tumbaba al sol, la bañaba con la manguera en el jardín, corría y chocaba con los árboles, pero volvía a correr y ya no chocaba... El día en que presenté mi último libro, la tuve que llevar de urgencias al veterinario: tenía un cáncer, el corazón muy débil, no sabían si operarla... Yo viajaba por todo España con el alma en vilo. La operamos a vida o muerte y se salvó.
Ahora Dana se sube a mi cama con una caradura increíble, intenta lamerme la cara pero, como es ciega, se pone a lamer la almohada o un libro, mete su cabecita en el plato de Fender mientras está comiendo y posa para los fotógrafos como una estrella.
Tiene 16 años y sé que no vivirá mucho tiempo más, pero me ha enseñado algo muy importante: ha aprendido a quererme cuando ya era una ancianita y es que el corazón, aunque sea perruno, nunca envejece."
Aquí podéis ver algunas imágenes más de Eyre con sus queridos perros:
PD Aprovechamos para compartir la historia de estos dos perros que se encuentran en una situación similar a la que estaba Dana. Su dueño está ingresado con cáncer terminal y está buscando desesperadamente una familia para sus canes.
CORUÑA AYUDA!!Por favor
— Sos Abuelos (@SosAbuelos1) February 6, 2020
Su dueño lleva ingresado más de dos semanas por un cáncer terminal, se muere,ellos a la perrera
7/8 años, cariñosos,dóciles. Chipados y con todas sus vacunas
El hombre está desgarrado sabiendo que sus perros no van terminar bien
686 73 28 73. Astrid pic.twitter.com/omxlH78vC5